Las palabras queman. Las palabras acarician. Las palabras son dadas, cambiadas, ofrecidas, vendidas e inventadas. Las palabras están ausentes.
Algunas palabras nos absorben, no nos dejan: son como garrapatas, vienen en los libros, los periódicos, en los mensajes publicitarios, en los rótulos de las películas, en las cartas y en los carteles.
Las palabras aconsejan, sugieren, insinúan, conminan,, imponen,segregan, eliminan.
Son melifluas o ácidas. El mundo gira sobre palabras lubrificadas con aceite de paciencia.
Los cerebros están llenos de palabras que viven en paz y en armonía con sus contrarias y enemigas.
Por eso la gente hace lo contrario de lo que piensa creyendo pensar lo que hace.
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