jueves, 25 de abril de 2024

El crimen casi perfecto» de Roberto Arlt

La coartada de los tres hermanos de la suicida fue verificada. 
Ellos no habían mentido. 
El mayor, Juan, permaneció desde las cinco de la tarde hasta las doce de la noche (la señora Stevens se suicidó entre siete y diez de la noche) detenido en una comisaría por su participación imprudente en un accidente de tránsito. 
El segundo hermano, Esteban, se encontraba en el pueblo de Lister desde las seis de la tarde de aquel día hasta las nueve del siguiente, y en cuanto al tercero, el doctor Pablo, no se había apartado ni un momento del laboratorio de análisis de leche de la Erpa Cía., donde estaba adjunto a la sección de dosificación de mantecas en las cremas. 
Lo más curioso del caso es que aquel día los tres hermanos almorzaron con la suicida para festejar su cumpleaños, y ella, a su vez, en ningún momento dejó traslucir su intención funesta. Comieron todos alegremente; luego, a las dos de la tarde, los hombres se retiraron. 
Sus declaraciones coincidían en un todo con las de la antigua doméstica que servía hacía muchos años a la señora El crimen casi perfecto 16 Roberto Arlt Stevens. 
Esta mujer que dormía afuera del departamento, a las siete de la tarde se retiró a su casa. La última orden que recibió de la señora Stevens fue que le enviara por el portero un diario de la tarde. La criada se marchó; a las siete y diez el portero le entregó a la señora Stevens el diario pedido, y el proceso de acción que esta siguió antes de matarse se presume lógicamente así: la propietaria revisó las adiciones en las libretas donde llevaba anotadas las entradas y salidas de su contabilidad doméstica, porque las libretas se encontraban sobre la mesa del comedor con algunos gastos del día subrayados; luego se sirvió un vaso de agua con whisky, y en esta mezcla arrojó aproximadamente medio gramo de cianuro de potasio. 
A continuación se puso a leer el diario, bebió el veneno y, al sentirse morir, trató de ponerse de pie y cayó sobre la alfombra. 
El periódico fue hallado entre sus dedos tremendamente contraídos. Tal era la primera hipótesis que se desprendía del conjunto de cosas ordenadas pacíficamente en el interior del departamento; pero, como se puede apreciar, este proceso de suicidio está cargado de absurdos psicológicos. 
Ninguno de los funcionarios que intervinimos en la investigación podíamos aceptar congruentemente que la señora Stevens se hubiese suicidado. 
Sin embargo, únicamente la Stevens podía haber echado el cianuro en el vaso. El whisky no contenía veneno. 
El agua que se agregó al whisky también era pura. Podía presumirse que el veneno había sido depositado en el fondo o las paredes de la copa, pero el vaso utilizado por la suicida había sido retirado de un anaquel donde se hallaba una docena de vasos del mismo estilo; de manera que el presunto asesino Cianuro de potasio Tipo de veneno mortal. 
El crimen casi perfecto 17 no podía saber si la Stevens iba a utilizar este o aquel. La oficina policial de química nos informó que ninguno de los vasos contenía veneno adherido a sus paredes. El asunto no era fácil. Las primeras pruebas, pruebas mecánicas como las llamaba yo, nos inclinaban a aceptar que la viuda se había quitado la vida por su propia mano; pero la evidencia de que ella estaba distraída leyendo un periódico cuando la sorprendió la muerte transformaba en disparatada la prueba mecánica del suicidio. Tal era la situación técnica del caso cuando yo fui designado por mis superiores para continuar ocupándome de él. 
En cuanto a los informes de nuestro gabinete de análisis, no cabía dudar. Únicamente en el vaso donde la señora Stevens había bebido se encontraba veneno. El agua y el whisky de las botellas eran completamente inofensivos. Por otra parte, la declaración del portero era terminante: nadie había visitado a la señora Stevens después de que él le alcanzó el periódico; de manera que si yo, después de algunas investigaciones superficiales, hubiese cerrado el sumario informando de un suicidio comprobado, mis superiores no hubiesen podido objetar palabra. 
Sin embargo, para mí, cerrar el sumario significaba confesarme fracasado. 
La señora Stevens había sido asesinada, y había un indicio que lo comprobaba: ¿Dónde se hallaba el envase que contenía el veneno antes que ella lo arrojara en su bebida? 
Por más que nosotros revisamos el departamento, no fue posible descubrir la caja, el sobre o el frasco que contuvo el tóxico. Aquel indicio resultaba extraordinariamente sugestivo. Además, había otro: los hermanos de la muerta eran tres bribones… 


 Roberto Arlt Roberto Emilio Godofredo Arlt (Buenos Aires; 26 de abril de 1900 - ib.; 26 de julio de 1942), más conocido como Roberto Arlt, fue un novelista, cuentista, dramaturgo, periodista e inventor argentino. Considerado como uno de los escritores argentinos más importantes del siglo XX.

miércoles, 24 de abril de 2024

ESTOY HECHA DE RETAZOS.

Pedacitos coloridos de cada vida que pasa por la mía y que voy cosiendo en el alma. 
No siempre son bonitos, ni siempre felices, pero me agregan y me hacen ser quien soy. 
En cada encuentro, en cada contacto, voy quedando mayor. 
En cada retazo una vida, una lección, un cariño, una nostalgia que me hacen más persona, más humana, más completa. 
Y pienso que es así como la vida se hace: de pedazos de otras gentes que se van convirtiendo en parte de la gente también. 
Y la mejor parte es que nunca estaremos listos ni finalizados. 
Siempre habrá un retazo para añadir al alma. 
Por lo tanto, gracias a cada uno de ustedes, que forman parte de mi vida y que me permiten engrandecer mi historia con los retazos dejados en mí. 
Que yo también pueda dejar pedacitos de mí por los caminos y que puedan ser parte de sus historias. 
Y que así, de retazo en retazo podamos convertirnos, un día, en un inmenso bordado de "nosotros". 

💜 De Cora Coralina poetisa©️

martes, 23 de abril de 2024

VOLVÍ A MÍ Y SUCEDIÓ LA MAGIA

Dejé de insistir donde no había lo que buscaba. 
Deje de pedir con las manos cerradas. 
Dejé de esperar en sillas ocupadas. 
Dejé de poner mis expectativas en personas que no tenían tiempo para mi. 
Dejé de pretender que el otro entendiera. 
Dejé de poner los ojos y la esperanza en corazones que no querían latir al lado mío... 
Y entonces; MAGIA 
Volví a mi, como único destino posible. 
Volví a mi, como único camino disponible. 
Volví a mi, como el único reencuentro pendiente. 
Volví a mi y pude verme las costillas, los dolores y mi alma deshidratada, pidiendo agua, pidiendo mi atención. 
Y me recibí. Me acaricié. Me perdoné. Me recosté sobre mi hombro. Me nombré con mi propia voz. 
Y me encontré, distinta pero intacta.. Me tuve otra vez. Me tengo otra vez. 
Y entonces, MAGIA. 
Tengo las llaves de las puertas que quiero abrir. Acá, adentro. Afuera solo están las cerraduras. 
Pero yo decido dónde y de mí depende cómo. ️Yo decido dónde... Yo elijo cómo... ️Yo elijo con quien. 
Yo decido qué quiero. Yo decido qué merezco... y qué deseo!! 
Y la magia volvió a mi, porque nunca se fue, porque siempre habitó en mi pero no me permitía verla, por rechazarme y asi bajé a mis sombras y resucitė, me abrace, me acepté y seguí viva. Y aquí estoy llena de magia otra vez. 
Desconozco Autor.

lunes, 22 de abril de 2024

23 de abril: Día del Idioma

Todos los 23 de abril se celebra el Día Mundial del Idioma Español como conmemoración de la importancia del español como lengua internacional, que ya cuenta con más de 450 millones de hispanohablantes en el mundo. 
La fecha es en honor al escritor Miguel de Cervantes Saavedra, quien murió el 23 de abril del año 1616 y cuya novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha es considerada la obra cumbre de la lengua española. 
 Creado por la UNESCO, es un día simbólico para la literatura mundial ya que en esa fecha en 1616 fallecieron Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. La fecha también coincide con el nacimiento o la muerte de otros autores prominentes como Maurice Druon, Haldor K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla y Manuel Mejía Vallejo. 
Cervantes y el idioma español están unidos por la literatura y por la historia. Nuestro idioma es la segunda lengua más importante del mundo y la tercera más hablada por 400 millones de personas. 
El castellano es fruto de un proceso de decantación de más de un milenio, a lo largo del cual diversas lenguas de los habitantes de la Península Ibérica lo fueron modificando por influencia de los invasores romanos, godos y árabes. Hacia el final del siglo XV, con la unión de los reinos de Castilla y Aragón, que extendieron su dominio sobre la mayor parte de la península, la lengua de Castilla-el castellano- se fue imponiendo sobre otros idiomas y dialectos y cruzó el Atlántico con los descubridores, los conquistadores y los misioneros. 
La lengua española o castellana tiene en cada región incorporada una cultura propia de los grupos sociales que lo utilizan. Por eso, gracias a la herencia del lenguaje, España y los países hispanoamericanos, comparten cultura, arte y religión. 
Cervantes y el idioma español están unidos por la literatura y por la historia. Nuestro idioma es la segunda lengua más importante del mundo y la tercera más hablada por 400 millones de personas. El castellano es fruto de un proceso de decantación de más de un milenio, a lo largo del cual diversas lenguas de los habitantes de la Península Ibérica lo fueron modificando por influencia de los invasores romanos, godos y árabes. 
Hacia el final del siglo XV, con la unión de los reinos de Castilla y Aragón, que extendieron su dominio sobre la mayor parte de la península, la lengua de Castilla-el castellano- se fue imponiendo sobre otros idiomas y dialectos y cruzó el Atlántico con los descubridores, los conquistadores y los misioneros.
 La lengua española o castellana tiene en cada región incorporada una cultura propia de los grupos sociales que lo utilizan. Por eso, gracias a la herencia del lenguaje, España y los países hispanoamericanos, comparten cultura, arte y religión. 
Cuidemos nuestro idioma, no lo deformemos.

domingo, 21 de abril de 2024

22 de abril: Día de la Tierra

En 1972, Gaylord Nelson, senador y activista ambiental estadounidense, proclamó en Naciones Unidas al 22 de abril como fecha para celebrar este día. 
Desde 1972, los 22 de abril dejaron de ser una simple fecha, debido a que se estableció como el Dia Mundial de la Tiera con el fin de rendir homenaje al planeta y reconocerlo como nuestro hogar. En dicho año, Gaylord Nelson, senador y activista ambiental estadounidense, proclamó en Naciones Unidas el 22 de abril como Dia de la Tierra. 
La misión de Nelson para establecer este dia era clara: “una concienciación común a los problemas de la sobrepoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra”. 
Sin embargo, el primer antecedente de esta celebración se remonta a 1945, cuando Morton Hilbert y el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos organizaron el Simposio de Ecología Humana. 
En dicha conferencia, los estudiantes escucharon a científicos hablar sobre el verdadero impacto del deterioro ambiental en la salud humana. Este 2024, la celebración del Día de la Tierra cumple 54 años. Una cita que busca concienciar a la población y los dirigentes mundiales sobre los problemas ambientales y la conservación de la biodiversidad del planeta. 
En varias culturas y desde tiempos antiguos se ha visto a la Tierra con características maternales. Tanto en el origen de la vida (vayamos al relato del Génesis 2,7: Dios modeló al primer hombre de barro y le dio vida) como en el abrazo final al momento de la muerte (recuerda que eres polvo, y al polvo volverás, Gn 3,19). 
Relatos espirituales, poemas, cantos, cuadros, esculturas… Con profundidad y belleza nos sacuden del letargo y borrachera en que nos sumerge el materialismo consumista. Vivimos como anestesiados ante el dolor de la madre. San Pablo nos decía que “la creación entera gime y sufre dolores de parto”, y quién si no una madre es la que los soporta. 
Algunos temen hablar de la “madre tierra” pensando que corren el riesgo de asumir una religiosidad ajena al cristianismo. 
Sin embargo, tenemos varios ejemplos en la Biblia y la tradición de la Iglesia de un uso adecuado de esta analogía. 
El Papa Francisco nos recuerda que «la cosmovisión judeocristiana defiende el valor peculiar y central del ser humano en medio del concierto maravilloso de todos los seres». «Todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde» (Laudate Deum 67). 
Esta dimensión femenina nos la muestra pródiga y generosa en la entrega de sus frutos, a la vez que avasallada cuando no se la respeta y se abusa de ella. Como toda madre se alegra de ser casa acogedora de la gran familia humana. 
Y también sufre por el maltrato de sus hijos. Por eso, en el Día Mundial de la Tierra (22 de abril) miremos a nuestra madre querida, la tierra, que nos necesita de modo urgente. Sus ríos son venas por las que circula el agua que da vida a cada rincón del Planeta. Sus bosques, pulmones por los cuales ella y sus hijos respiran. 
Sus montañas y abismos expresan el poder y magnificencia de su creador. El hermano Sol y la hermana Luna se conjugan en armonía para dar luz, calor, distinguir un rostro de otro. La luz da vida y rompe el anonimato al cual nos condenan las tinieblas. 
La rica y abundante biodiversidad asegura posibilidades de alimentos, medicinas, colores, aromas, texturas. No solamente utilidad, sino también belleza que expresa el cuidado de Dios por cada una de sus creaturas. 
San Francisco de Asís nos ha enriquecido con su espiritualidad, haciéndonos gozar de su hermosura. 
Él nos invita a mirar desde una perspectiva de familiaridad nuestros vínculos con todo lo creado. Sin embargo, como hijos desagradecidos atentamos contra su belleza y vitalidad. 
La vamos demoliendo paulatinamente. El avance de la desertificación de los suelos a un ritmo sostenido. 
La tala de bosque nativo extendiendo la frontera agraria expulsa y mata varias especies animales y vegetales. 
La contaminación de ríos, arroyos, lagos vertiendo en ellos productos químicos, basura, desechos cloacales provoca que muchas comunidades no puedan beber ni abrevar a sus animales, limitando también la alimentación por medio de la pesca. 
Océanos expoliados y sobreexplotados al límite de la extinción de algunas especies.
¿No hay una que estemos haciendo bien?

El ilustre amor. Manuel Mujica Lainez

1797 
En el aire fino, mañanero, de abril, avanza oscilando por la Plaza Mayor la pompa fúnebre del quinto Virrey del Río de la Plata. 
Magdalena la espía hace rato por el entreabierto postigo, aferrándose a la reja de su ventana. 
Traen al muerto desde la que fue su residencia del Fuerte, para exponerle durante los oficios de la Catedral y del convento de las monjas capuchinas. 
Dicen que viene muy bien embalsamado, con el hábito de Santiago por mortaja, al cinto el espadín. También dicen que se le ha puesto la cara negra. 
A Magdalena le late el corazón locamente. 
De vez en vez se lleva el pañuelo a los labios. 
Otras, no pudiendo dominarse, abandona su acecho y camina sin razón por el aposento enorme, oscuro. El vestido enlutado y la mantilla de duelo disimulan su figura otoñal de mujer que nunca ha sido hermosa. Pero pronto regresa a la ventana y empuja suavemente el tablero. 
Poco falta ya. 
Dentro de unos minutos el séquito pasará frente a su casa. Magdalena se retuerce las manos. ¿Se animará, se animará a salir? Ya se oyen los latines con claridad. 
Encabeza la marcha el deán, entre los curas catedralicios y los diáconos cuyo andar se acompasa con el lujo de las dalmáticas. 
igue el Cabildo eclesiástico, en alto las cruces y los pendones de las cofradías. Algunos esclavos se han puesto de hinojos junto a la ventana de Magdalena. Por encima de sus cráneos motudos, desfilan las mazas del Cabildo. Tendrá que ser ahora. Magdalena ahoga un grito, abre la puerta y sale. Duración 12’48’’ Afuera, la Plaza inmensa, trémula bajo el tibio sol, está inundada de gente. Nadie quiso perder las ceremonias. 
El ataúd se balancea como una barca sobre el séquito despacioso. Pasan ahora los miembros del Consulado y los de la Real Audiencia, con el regente de golilla. Pasan el Marqués de Casa Hermosa y el secretario de Su Excelencia y el comandante de Forasteros. Los oficiales se turnan para tomar, como si fueran reliquias, las telas de bayeta que penden de la caja. Los soldados arrastran cuatro cañones viejos. El Virrey va hacia su morada última en la Iglesia de San Juan. Magdalena se suma al cortejo llorando desesperadamente. 
El sobrino de Su Excelencia se hace a un lado, a pesar del rigor de la etiqueta, y le roza un hombro con la mano perdida entre encajes, para sosegar tanto dolor. Pero Magdalena no calla. Su llanto se mezcla a los latines litúrgicos, cuya música decora el nombre ilustre:
“Excmo. Domino Pedro Melo de Portugal et Villena, militaris ordinis Sancti Jacobi...” 
El Marqués de Casa Hermosa vuelve un poco la cabeza altiva en pos de quien gime así. 
Y el secretario virreinal también, sorprendido. Y los cónsules del Real Consulado. Quienes más se asombran son las cuatro hermanas de Magdalena, las cuatro hermanas jóvenes cuyos maridos desempeñan cargos en el gobierno de la ciudad.
 –¿Qué tendrá Magdalena? 
–¿Qué tendrá Magdalena? 
–¿Cómo habrá venido aquí, ella que nunca deja la casa?
 Las otras vecinas lo comentan con bisbiseos hipócritas, en el rumor de los largos rosarios.
 –¿Por qué llorará así Magdalena? 
A las cuatro hermanas ese llanto y ese duelo las perturban. 
¿Qué puede importarle a la mayor, a la enclaustrada, la muerte de don Pedro? 
¿Qué pudo acercarla a señorón tan distante, al señor cuyas órdenes recibían sus maridos temblando, como si emanaran del propio Rey? El Marqués de Casa Hermosa suspira y menea la cabeza. 
Se alisa la blanca peluca y tercia la capa porque la brisa se empieza a enfriar. Ya suenan sus pasos en la Catedral, atisbados por los santos y las vírgenes. 
Disparan los cañones reumáticos, mientras depositan a don Pedro en el túmulo que diez soldados custodian entre hachones encendidos. Ocupa cada uno su lugar, receloso de precedencias. En el altar frontero, levántase la gloria de los salmos. 
El deán comienza a rezar el oficio. Magdalena se desliza quedamente entre los oidores y los cónsules. Se aproxima al asiento de dosel donde el decano de la Audiencia finge meditaciones profundas. 
Nadie se atreve a protestar por el atentado contra las jerarquías. 
Es tan terrible el dolor de esta mujer! 
El deán, al tornarse con los brazos abiertos como alas, para la primera bendición, la ve y alza una ceja. Tose el Marqués de Casa Hermosa, incómodo. Pero el sobrino del Virrey permanece al lado de la dama cuitada, palmeándola, calmándola. 
Sólo unos metros escasos la separan del túmulo. Allá arriba, cruzadas las manos sobre el pecho, descansa don Pedro, con sus trofeos, con sus insignias. 
–¿Qué le acontece a Magdalena? Las cuatro hermanas arden como cuatro hachones. 
Chisporrotean, celosas. 
–¿Qué diantre le pasa? 
¿Ha extraviado el juicio?
 ¿O habrá habido algo, algo muy íntimo, entre ella y el Virrey? Pero no, no, es imposible... ¿cuándo?, ¿cuándo? 
Don Pedro Melo de Portugal y Villena, de la casa de los duques de Braganza, caballero de la Orden de Santiago, gentilhombre de cámara en ejercicio, primer caballerizo de la Reina, virrey, gobernador y capitán general de las Provincias del Río de la Plata, presidente de la Real Audiencia Pretorial de Buenos Aires, duerme su sueño infinito, bajo el escudo que cubre el manto ducal, el blasón con las torres y las quinas de la familia real portuguesa. Indiferente, su negra cara brilla como el ébano, en el oscilar de las antorchas. Magdalena, de rodillas, convulsa, responde a los Dominus vobis cum. Las vecinas se codean: 
–¡Qué escándalo! Ya ni pudor queda en esta tierra... 
¡Y qué calladito lo tuvo! 
Pero, simultáneamente, infíltrase en el ánimo de todos esos hombres y de todas esas mujeres, como algo más recio, más sutil que su irritado desdén, un indefinible respeto hacia quien tan cerca estuvo del amo. La procesión ondula hacia el convento de las capuchinas de Santa Clara, del cual fue protector Su Excelencia. Magdalena no logra casi tenerse en pie. 
La sostiene el sobrino de don Pedro, y el Marqués de Casa Hermosa, malhumorado, le murmura desflecadas frases de consuelo. 
Las cuatro hermanas jóvenes no osan mirarse. ¡Mosca muerta! ¡Mosca muerta! ¡Cómo se habrá reído de ellas, para sus adentros, cuando le hicieron sentir, con mil alusiones agrias, su superioridad de mujeres casadas, fecundas, ante la hembra seca, reseca, vieja a los cuarenta años, sin vida, sin nada, que jamás salía del caserón paterno de la Plaza Mayor! 
¿Iría el Virrey allí? ¿Iría ella al Fuerte? ¿Dónde se encontrarían? 
–¿Qué hacemos? –susurra la segunda. 
Han descendido el cadáver a su sepulcro, abierto junto a la reja del coro de las monjas. Se fue don Pedro, como un muñeco suntuoso. Era demasiado soberbio para escuchar el zumbido de avispas que revolotea en torno de su magnificencia displicente. Despídese el concurso. 
El regente de la Audiencia, al pasar ante Magdalena, a quien no conoce, le hace una reverencia grave, sin saber por qué. 
Las cuatro hermanas la rodean, sofocadas, quebrado el orgullo. También los maridos, que se doblan en la rigidez de las casacas y ojean furtivamente alrededor. Regresan a la gran casa vacía. 
Nadie dice palabra. Entre la belleza insulsa de las otras, destácase la madurez de Magdalena con quemante fulgor. Les parece que no la han observado bien hasta hoy, que sólo hoy la conocen. 
Y en el fondo, en el secretísimo fondo de su alma, hermanas y cuñados la temen y la admiran. 
Es como si un pincel de artista hubiera barnizado esa tela deslucida, agrietada, remozándola para siempre. Claro que de estas cosas no se hablará. No hay que hablar de estas cosas. 
Magdalena atraviesa el zaguán de su casa, erguida, triunfante. Ya no la dejará. Hasta el fin de sus días vivirá encerrada, como un ídolo fascinador, como un objeto raro, precioso, casi legendario, en las salas sombrías, esas salas que abandonó por última vez para seguir el cortejo mortuorio de un Virrey a quien no había visto nunca. 
En: Misteriosa Buenos Aires, Sudamericana, 1951 
Manuel Bernabé Mujica Lainez (Buenos Aires, 11 de septiembre de 1910-La Cumbre, 21 de abril de 1984) fue un escritor, crítico de arte y periodista argentino. Era conocido en el ambiente literario porteño con el sobrenombre «Manucho».

Abel Pintos

FUE UN NIÑO PRODIGIO Y HOY ES EL ARTISTA MÁS CONVOCANTE DE SU GENERACIÓN, EL ÚNICO CANTANTE ARGENTINO DE POP Y DE FOLKLORE CAPAZ DE LLENAR EL MONUMENTAL. 
CON 25 AÑOS DE CARRERA Y UN PÚBLICO CADA VEZ MÁS MASIVO, ACABA DE LANZAR UN ÁLBUM DE HIMNOS PATRIOS QUE LLEVARÁ SU VOZ A TODAS LAS ESCUELAS DE LA ARGENTINA.

sábado, 20 de abril de 2024

𝐄𝐋 𝐐𝐔𝐄 𝐀𝐆𝐑𝐀𝐃𝐄𝐂𝐄, 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐌𝐄𝐑𝐄𝐂𝐄.

𝐘𝐎. (Di tu nombre) _, estoy agradecido por cada detalle en mi vida. 
Sé que todo lo que recibo de la Vida es un don gratuito, lo comprendo y lo acepto. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 al lugar donde estoy aquí y ahora, pues este lugar necesita de mí, y yo de él. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 a todos los órganos de mi cuerpo, que funcionan en plena armonia y perfección. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 por mi Salud Perfecta. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 a la casa donde habito, que me sirve de refugio y descanso. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 a las oportunidades de progreso, empleo y proyectos, logros, éxitos y evolución que se abren delante de mí diariamente. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 a cada pago recibido, porque de esa manera honro mi nombre, honro mis compromisos y mi dinero se multiplica. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 a todo aquello que compro, porque es el fruto de mi esfuerzo, perseverancia, dedicación y mi merecimiento. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 a todas las personas que se cruzan en mi camino. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 a las personas que aparentemente me hacen "mal", porque me ayudaron a formar el coraje para seguir adelante, y gracias a los que me hicieron bien, porque así me hicieron sentir amado. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 a todas las oportunidades de éxito financiero y personal que recibo, identifico y acepto. 𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 a mí mismo que he encontrado la gratitud en todas las personas, cosas y hechos. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 al Universo entero, que conspira a favor de cada uno de mis pensamientos, por eso escoio con mucho cuidado lo que pienso, hablo o deseo. 
𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 al creador Maravilloso que existe dentro de mí, soy parte de su divinidad, por eso irradio luz, amor y paz en donde quiera que yo esté… 
Lleno mi corazón, mi cuerpo, mi mente, mi consciencia y todo mi ser con esta Gratitud.
Desconozco autor.

viernes, 19 de abril de 2024

Del 19 al 25 de abril: la Semana de los pueblos originarios

Del 19 al 25 de abril se celebra la Semana de los pueblos originarios, con el objetivo de reivindicar la cultura y los derechos de los mismos.
Se conmemora durante estas fechas, ya que el primer Congreso Indigenista Interamericano se inició el 19 de abril de 1940, en la ciudad de Patzcuaro, México. 
El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas –INAI-, invita a reflexionar sobre derechos de los pueblos indígenas, determinados en la Constitución Nacional, los tratados internacionales, como así también en los marcos normativos nacionales y provinciales. 
Es una semana para visibilizar las diferentes realidades que viven las comunidades, su pluralidad, sus costumbres, su cultura y la importancia de su diversidad. 
La República Argentina adhirió a esta conmemoración en el año 1945 mediante el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 7.550. 
Luego, en 1984, las organizaciones católicas de América Latina, que bregan por los derechos indígenas, solicitaron extender esta conmemoración a una semana, con el fin de hacer visibles a los ojos de toda la sociedad las demandas y realidades de los pueblos. 
Esta es una invitación para que cada uno de nosotros piense y evalúe la efectiva aplicación de la legislación que le corresponde a nuestros pueblos originarios. 
Estamos seguros de que la ampliación y reafirmación de derechos nos marca la senda correcta y sobre esta convicción es que trabajamos día a día para que nuestros objetivos se transformen en realidades concretas.
Respeto y comprensión por ellos.

viernes, 12 de abril de 2024

EL CUENTO DE LA LIBÉLULA. Del libro «Cuentos para crecer y curar» de Michel Dufour

«En el fondo de un viejo estanque vivía un grupo de larvas que no comprendían por qué cuando alguna de ellas ascendía por los largos tallos de lirio hasta la superficie del agua, nunca más volvía a descender donde ellas estaban. 
Se prometieron una a otra que la próxima de ellas que subiera hasta la superficie, volvería para decirles a las demás lo que le había ocurrido. 
Poco después, una de dichas larvas sintió un deseo irresistible de ascender hasta la superficie. 
Comenzó a caminar hacia arriba por uno de los finos tallos verticales y cuando finalmente estuvo fuera se puso a descansar sobre una hoja de lirio. 
Entonces experimentó una transformación magnífica que la convirtió en una hermosa libélula con unas alas bellísimas. 
Trató de cumplir su promesa, pero fue en vano. 
Volando de un extremo al otro de la charca podía ver a sus amigas sobre el fondo. 
Entonces comprendió que incluso si ellas a su vez hubieran podido verla, nunca habrían reconocido en esta criatura radiante a una de sus compañeras. 
El hecho de que después de esa transformación que llamamos muerte, no podamos ver a nuestros amigos o familiares, ni comunicarnos con ellos, no significa que hayan dejado de existir… 
No están aquí, se fueron a otro lugar para cuidarnos desde allí con una vista diferente. 
«La muerte no es más que un cambio de misión.»

Michel Dufour