lunes, 16 de junio de 2025

18 de junio: Recordamos a Antonio Esteban Agüero

Antonio Esteban Agüero nació el 7 de febrero de 1917 en Piedra Blanca y murió en la Ciudad de San Luis el 18 de junio de 1970. 
Desde temprana edad puso de manifiesto su vocación literaria. 
Los primeros relatos y poemas datan de los 15 años. Obtuvo distinciones por varios de sus trabajos. 
Fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura Regional. 
En 1958, la Dirección Nacional de Radiodifusión le otorgó la Medalla de Oro por la mejor conferencia de carácter histórico. 
Desde 1938, Agüero colaboró en el suplemento dominical del diario «La Prensa» (Buenos Aires), y en numerosas revistas y periódicos argentinos y extranjeros. 
En 1960 el diario «Clarín» otorgó al poeta, por voto unánime de los tres integrantes del jurado, el premio del Sesquicentenario de la Revolución de Mayo a su poema «Un hombre dice a su pequeño país». 
Era Maestro Normal Nacional egresado de la escuela Juan Pascual Pringles de la Ciudad de San Luis y desempeñó importantes cargos públicos en su provincia. 
Fue presidente del Consejo Provincial de Educación (1955/56), director de Cultura (1957), ministro de previsión Social y Educación (1957), ministro de Gobierno (1958/59). Numerosos escritores y críticos argentinos y extranjeros se han ocupado de la obra poética del poeta puntano. 
Entre sus principales publicaciones se destacan: «Poemas lugareños» (1937), «Romancero Aldeano» (1938), «Pastorales» (1939), «Romancero de niños» (1946), «Cantatas del árbol» (1953), «Un hombre dice a su pequeño país» (1972), «Canciones para la voz humana» (1973) y «Poemas Inéditos» (1978). Estos tres últimas obras fueron publicadas de forma póstuma por su esposa. 
En 1970, Antonio Esteban Agüero recibió el título de Doctor Honoris Causa Post-Mortem de la Universidad Nacional de San Luis. 


La casa de Antonio Esteban Agüero, Merlo, San Luis, Abril 2025.

CAPITÁN DE PÁJAROS 
Yo, Antonio Esteban Agüero, capitán de pájaros, 
general de livianas mariposas, estoy en Buenos Aires, 
la capital del Plata, para ser presidente y organizar la Patria. 
Detrás he dejado los pueblos que me siguen, 
ejército de alondras, la división blindada de los cóndores, 
las águilas que saben del sabor de la piedra, 
calandrias, chalchaleros, chiriguas mañaneras, 
los secretos lechuzos que me pasan la información 
del día y de la noche. Tengo un millón de caballos 
Escucháis su relincho? Que rodean la urbe por sus cuatro costados, 
sus jinetes son muertos de Facundo, 
son muertos de Ramírez, montoneros del Chacho 
sableadores de Pringles, domadores, remeseros,
rastreadores, guitarreros, espectrales jinetes 
que cabalgan mi millón de caballos. 
Les ruego que se rindan que depongan las armas, 
que guarden los tanques, y encierren los cañones, 
porque mañana a mediodía quiero estar en la Plaza de Mayo 
sobre viejos balcones del Cabildo para ser presidente 
y prestar juramento: por los ríos de sangre derramada, 
por los indios y los blancos muertos por el sol y la luna, 
por la tierra y el cielo, por el padre Aconcagua, 
y por el Mar oceánico, y por todas las hierbas 
y los bosques, y por todas las flores y los pájaros, 
 y por el hambre de los niños pobres, y la tristeza de los niños ricos, 
y el dolor de las jóvenes paridas, y la agonía de los viejos ... 
Juro Yo juro. Hacer de este país la Patria. 
Ordeno que se rindan porque mañana a mediodía entraré en Buenos Aires. 
Tengo un millón de caballos ¿Escucháis su relincho? 
Nadie podrá atajarme.
Antonio Esteban Agüero

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