En paz

El corazón está en paz, cuando no hay felicidad ni sufrimiento. 

La paz no es una emoción, es la ausencia de emociones, es la unificación de la mente. 

Entender esto es clave, porque las emociones son las que sacuden nuestro mundo, todo se desmorona y se construye en torno a las emociones, las cosas nos preocupan o nos despreocupan en torno a las emociones, en torno a como nos identificamos con ellas. 

Así es imposible estar en paz, vivimos en una montaña rusa que sube y baja, porque así son las emociones un día estamos en la cima y la vida nos apasiona y otro día estamos deprimidos y tristes, enojados y contentos, felices y sufriendo.

¿Cuándo hay paz así? La gente cree que una vida carente de emociones es imposible o no tiene sentido, quieren vivir en la montaña rusa, no quieren bajarse y detenerse, si vives en ella, no hay forma de que la vida pueda ser diferente, el movimiento del carrusel es todo cuanto conoces, hacia arriba y hacia abajo, eso es excitante, aunque a veces sea doloroso, preferimos ese éxtasis aún sabiendo que luego deriva en sufrimiento.

 ¿Pero qué ocurre si un día te cansas de la montaña rusa y decides bajar? Entonces dejas de sacudirte de un lado a otro, al comienzo puede parecerte aburrido, absurdo, a veces puede parecerte sin sentido, pero lo que hay cuando dejas de agitar la mente, cuando dejas de perseguir todas esas emociones, es una paz auténtica, no una paz efímera que depende de cuan intensas o aberrantes sean esas emociones. 

 Si no fuéramos capaces de salir de esta montaña rusa, estaríamos atados a sufrir eternamente, no podríamos evitar que las experiencias nos arrastren de un lado a otro, seríamos incapaces de responder sabiamente ante las adversidades, asi que en el fondo tenemos cierto conocimiento de esa paz auténtica, pasa que luego queremos seguir inmersos en el carrusel. Desconozco autor