viernes, 28 de julio de 2017
Ser un buen amigo
Ser un buen amigo no siempre es fácil pero tomar el tiempo para cultivar una amistad duradera vale cada gramo de esfuerzo.
La amistad es una cajita de cristal. Pequeña transparente donde guardas allí dentro todos tus pensamientos ideas cariño y amor.
Un cristal fino donde te reflejas. Material en el que están hechos tus sueños. Son porciones de tu corazón que intentas que no se rayen nunca.
Un amigo es más que una persona. Algo que no es físico algo que siempre llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso en lo que crees en lo que confías en lo que sientes.
Eso que más allá del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes más. Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve no se toca no se huele. Simplemente lo sientes. Y aunque se encuentre sentado a tu lado tú nunca lo ves como la materia física que es. Su esencia oculta entre los pliegues del terciopelo de tu cajita de cristal.
A veces lo miras a los ojos. A veces sientes su presencia.
Sin embargo el amigo no es la persona que ves. Es la persona que sientes.
Es aquello por lo que darías todo.
Menos tu cajita de cristal…
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