Jorge Donn. (Buenos Aires, 25 de
febrero de 1964 – Lausanne, 30 de noviembre de 1992).
1948 – Nació en la localidad de El
Palomar, provincia de Buenos Aires (Argentina) el 25 de febrero de 1948. Fue
uno de los cuatro hijos de Mauricio Itovich, y Rosa Donn.

1955 –
Ingresó a la Escuela de Danzas del Teatro Colon un año antes de los 8
reglamentarios, y durante los siguientes diez años, estaría diariamente
aprendiendo de Aída Mastrazzi, Jorge Tomín, Michel Borowsky, María
Ruanova y ampliando sus conocimientos en danza moderna, entonces muy mal
vista en el Colón- con Renate Schottelius.
«Béjart se
quedó frió al verme: Te dije que no tenia trabajo para ti. Insistí con suerte:
uno de los chicos del elenco se había enfermado y accedió probarme . Fue lo mejor
que podía sucederme en la vida»
1966 –
Tres años después, Donn protagonizaba Romeo y Julieta. En 1967 era el primer
bailarín de Béjart, quién compuso más de treinta obras para el: Bhakti (1968),
Nijinski, clown de Dios (1971), Golestan: el jardín de las rosas (1973), Lo que
el amor me dice (1974), Nuestro Fausto (1975), Leda (1978), Adagietto (1981) y
otras. Jorge Donn fue la estrella de ballets como Novena Sinfonía (1964) ,
creaciones a las que siguieron Messe pour le Temps Present; Baudelaire, Nijinsky;
Le Marteau sans Mairre; Notre Faust; Les illuminations; Vie el Mort d’une
maríonerte humaine; Dionysous; Les Concuous; Malroux y su última labor para La
Compañía del Sig!o XX, Dibouk, en 1988.
1976 –
Formando parte del grupo de Béjart, en 1976, fue invitado por George Balanchine
a bailar como primera figura del New York City Ballet.En ese año, ya Béjart lo
había ascendido a codirector artístico, y en 1979 lo presentaba como su
bailarín estrella.Paradójicamente sus compatriotas argentino solo llegarían a
valorarle y apreciarle popularmente por una película: Los unos y los otros, de
Claude Lelouch.
Con ese
filme difundiría por todo el mundo su versión del Bolero de Ravel que había
estrenado en 1979. El Teatro Colón no se lo perdonó: en 1985, cuando volvió con
un grupo reducido de primeras figuras, el argentino debió producir él mismo sus
presentaciones. Su figura brillo en todos los escenarios, desde el Teatro Real
de la Moneda a los Jardines de Boboli; desde el Teatro Colón al Festival de
Baalbeck; desde la Opera de Paris hasta el Bolshoi de Moscu. Fué partenaire de
Maia Plissetskaia en su creación de «Leda»; de Ekaterina Maximova en «Romeo y
Julieta, de Natalia Makarova en el «Mefisto».
1987 –
Cuando la Compañía de Bejart (el Ballet del Siglo XX) se trasladó a
Lausana, Donn se radicó en esa ciudad suiza, y comenzó a dedicarse a la
docencia y a tratar de separarse profesionalmente de su maestro. Béjart
justificaba la separación de su primer bailarín, diciendo que «Donn necesitaba
independencia». Pero maestro y discípulo nunca pudieron separarse, En 1990 ya
enfermo, fue una vez más el cuerpo del creador belga en «Nijinsky, clown de
Dios», junto a Cípe Lìncovsky. Y en una gira mundial comenzaba su despedida
artística y también humana.
1992 – En diciembre del 1992 en la misma ciudad donde anunciaban su separación,
junto a su maestro, Jorge encontró la muerte.
Frases de Jorge Donn
«Maurice
Béjart me enseñó a bailar con muy pocas palabras. Debo ser el discípulo con el
que menos hablo. Un día se acercó hasta donde estaba practicando y me dio una
bofetada. Ni siquiera me explicó por qué.
«Lo cierto es que yo entendí lo que
me había querido decir. Desde ese memento comencé a aprender. Esa es también mi
forma de enseñar. No conozco otra »
«Para un artista -solía repetir-, su
país es aquél en que puede expresarse».
«Odio el confort. Es una trampa, es
enemigo del esfuerzo; de la voluntad.»
«Si tengo un lugar en el mundo fue
porque sufrí para tenerlo. Voy a seguir teniéndolo, aunque me cueste más de lo
que preveo. Un prejuicio considera que un bailarín termina su carrera a los 40
años. ¿Quién pone ese limite?, La sociedad. Bueno, yo no lo acepto. Siento que
recién empiezo. Y. estoy dispuesto a empezar.»
«La danza se hace de a dos, como el
amor. Allí es donde se funden el creador y el intérprete».
«Pienso seguir bailando todo lo que
pueda y dedicarme a la enseñanza en la nueva escuela de Béjart. En el fondo, en
lo Único que pienso, es en dar todo lo que pueda de mí”.
«Lo más importante que aprendí de la
vida es a morir. Todos los días aprendo a aceptar un poco más mi muerte. Todos
los días, por lo tanto, vivo-un poco mejor.»

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