martes, 2 de abril de 2024

Semana Azul en Argentina para hablar sobre autismo

En el marco del Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, que es el 2 de abril, cientos de voluntarios y representantes de distintas ONGs lanzaron la “Semana Azul”, una iniciativa que se extenderá por 7 días bajo la consigna #hablemosdeautismo. 
El día 02 de abril, se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. 
El 18 de diciembre de 2007, la Asamblea General de Naciones Unidas instauró este día, invitando a realizar acciones para sensibilizar y concientizar a más persona sobre las condiciones del espectro autista. 
Los trastornos del espectro autista (TEA) son discapacidades del desarrollo causadas por diferencias en el cerebro. 
Las personas con TEA con frecuencia tienen problemas con la comunicación y la interacción sociales, y conductas o intereses restrictivos o repetitivos. 
Actualmente, el autismo no se considera un diagnóstico único sino un conjunto de trastornos que tienen en común un cierto grado de alteración en tres áreas: déficit de interacción social, problemas de comunicación y un repertorio anormalmente restringido de comportamientos e intereses. 
Es un trastorno que habitualmente comienza durante los 3 primeros años de vida, siendo los padres los primeros que comienzan a identificar en su hijo comportamientos diferentes a los niños de su edad. Algunos de estos síntomas extraños son: nula o muy escasa comunicación verbal, el niño es muy poco sociable y solitario, o bien no muestra interés en identificar objetos o llamar la atención de los padres. Las personas con TEA con frecuencia tienen problemas con la comunicación y la interacción sociales, y conductas o intereses restrictivos o repetitivos. 
Las personas con TEA también podrían tener maneras distintas de aprender, moverse o prestar atención. Según la revisión n° 11 de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad, el autismo se divide en tres niveles según la necesidad que presente cada persona. 
Durante la infancia, algunos niños expresan rechazo por algunas comidas, y presentan una conducta que en nutrición llamamos selectividad alimentaria. 
En los casos de niños con TEA ( trastorno del espectro autista), los problemas conductuales propios del diagnóstico juegan un papel importante en sus hábitos diarios, por ejemplo, sus preferencias alimenticias pueden verse condicionadas, y transitar por una selectividad alimentaria. 
Las dificultades relacionadas con la alimentación incluyen problemas de conducta como las rabietas, lanzar alimentos o levantarse de la mesa durante la comida. 
Sin duda, la característica más común es la selectividad alimentaria en las personas diagnosticadas con TEA, y esto puede ser muy angustiante para madres, padres y cuidadores. 
La selectividad alimentaria es el término que se utiliza para referirse a la comida rechazada, la escasa variedad de alimentos que quieren o la ingesta restrictiva de alimentos habituales. La selección de alimentos generalmente se basará en la composición nutricional de los mismos y /o aspectos sensoriales que hacen que la aceptación de algunos alimentos sea muy difícil para el niño. 
Las personas con TEA tienen un mayor riesgo de ingerir nutrientes de manera inadecuada. 
Para tratar la selectividad alimentaria tanto en niños como en adultos, hay que tener en cuenta que estas dificultades de alimentación, pueden tener una causa puramente médica. Hay que descartar esta posibilidad antes de empezar con el programa de intervención, realizando las consultas con los profesionales médicos correspondientes, se puede comenzar, en el caso de los niños, con una consulta con el pediatra. 
La selectividad alimentaria debe ser tratada desde un punto de vista conductual. 
El primer paso será realizar un historial de alimentación del paciente en el que se detallan diferentes aspectos:
-Su relación con la alimentación desde el principio. 
-Alimentos preferidos. 
-Conocer al detalle sus hábitos alimenticios. 
-Comprender el contexto del niño o niña, recopilar información sobre el ambiente que lo rodea. 
Toda esta información nos servirá para conocer el origen de su comportamiento de rechazo y poder plantear un programa para paliar su selectividad alimenticia. 
Algunas familias se preguntan: ¿Cómo hacer para que los niños coman más?, o cómo dar de comer a un niño con TEA?…
Es muy importante reconocer cuándo hay que acudir a un profesional de la salud para pedir ayuda. 
Pero estas recomendaciones pueden ser de utilidad para comenzar, y dar los primeros pasos para crear nuevos hábitos de alimentación saludable, y poco a poco contrarrestar la selectividad alimentaria en niños y adultos. 
RECOMENDACIONES para hacer frente a la selectividad alimentaria: 
• Rutinas: Es importante mantener un horario diario de comida, evitando comer entre horas.
 • Colaciones: Limitar entre las comidas el acceso a líquidos o refrigerios. 
• Introducir alimentos poco a poco: generalmente es mejor empezar por alimentos que gusten o que anteriormente hayan comido. 
• Texturas: los nuevos alimentos a incorporar deben tener texturas y sabores parecidos a los que actualmente se comen. 
• Porciones: Empezar por pequeñas cantidades, preferentemente con puré natural o alimentos suaves. 
• Paso a paso: a medida que vayan asimilando estos nuevos alimentos, hay que avanzar de manera sistemática y gradual. 
• Incentivos: Encontrar aquello que motive a la persona en cuestión será muy importante. Si se opta por un sistema de recompensa, hay que cambiar periódicamente para mantener su efectividad. 
• Personalización: tener en cuenta que lo que funciona en una persona puede no funcionar en otra. 
Cada paciente tiene sus tiempos, respetarlos y acompañarlos permitirá que el proceso hacia una alimentación saludable sea agradable y habrá mayores posibilidades de tener éxito.

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