Aprende a abrazar
con brazos, ojos, voz
no solo personas, sino días también
las cosas vienen y las cosas van
Y deja que el silencio se deslice dulcemente
que sea la única respuesta que importa
cuando las palabras ya no son suficientes. Aprende a escuchar,
las pequeñas voces de la vida
los misteriosos pasos de los sueños
el ritmo del mundo bajo los pies.
Hay una música sutil sonando
para los que puedan para.
Una canción sin notas que te habla de ti mismo.
Si tan solo aprendes a escuchar.
Aprende a no saber,
que hay verdades demasiado grandes, para ser dicha
como la lluvia sabe en una mejilla
o una sonrisa que nace sin razón
y ella llena todo con encanto.
Que el misterio permanezca
como una luz de fuego profundamente en el corazón .
Un pequeño secreto entre tú y el mundo.
Aprende a no juzgar,
que cada alma tiene su paso.
Su manera de tropezar y levantarse
cada uno lleva el peso de sus horas.
Todos salvan a sí mismos de la manera que puedan.
Sé amable con lo que no entiendes
que todos estamos aquí para aprender a quedarnos
porque, después de todo, el cielo es igual para todos.
Aprende a observar, no solo mires.
Atrapa la sombra detrás de cada luz.
La historia detrás de cada mirada.
Y descubres que la belleza se puede ocultar
justo ahí, donde no pensaste
donde todo parece estar tranquilo
pero tiene un pedazo de verdad.
Aprende a parar. Eso no siempre es una carrera.
A veces es solo un momento de tranquilidad
un momento que te llena de paz.
No mucho, tal vez,
pero es todo lo que tenemos
esta tierra bajo los pies.
Este mar dentro de los ojos
esta frágil belleza que se nos escapa.
Y aún así, cada vez, nos llena de vida.
Créeme, esto es todo
todo lo que queda
lo que valga la pena.
Porque la vida después de todo.
Es sólo una canción
a cantar bajo perfil
hasta que sientas su belleza. Eso duele.
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