Me han regalado un diamante
Y no sé qué hacer con tanta luz.
Abro mi mano un instante
Y brilla hasta el cielo limpiando el azul.
Es sobre todas las cosas
Mi piedra preciosa invisible en su faz.
Y en el envés transparente
Su forma latente se vuelve real.
Quién sabe por qué misterio
Elige mi pecho para anidar.
De qué incendiado silencio vendrá
De qué punto del mapa estelar.
Me agujereó la camisa
Marcándome adentro su cronicidad.
Su pulsar de lejanía
Con relojería de puro cristal.
Ahora voy ya sin aliento.
Planeando en el viento
Y llevándolo al mar.
Voy a arrojarlo a la espuma
Entre el agua y la duna
Y a verlo brillar.
No puedo llevar conmigo
Este brillo cautivo
Esta piedra lunar.
En mi campo oscurecido
Su luz de infinito
No puede durar.
Y él fulgura, fulgura,
Y me ciega su precioso don
Fulgura, criatura
Libre de la noche de mi corazón
A veces llega del cielo
Un presente que nunca nadie previó
Pero existe uno tan bello
Del que no quisiera tomar posesión
Vino su luz del vacío
Y me duele ponerlo de nuevo a viajar
Este regalo tardío
No puede ser mío sino del azar.
(Jorge Fandermole)
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