viernes, 11 de agosto de 2023

12 de agosto: La invasión inglesa de 1806 y la reconquista de Buenos Aires

El 25 de junio de 1806 más de mil quinientos ingleses desembarcaron en la costa de la actual ciudad de Quilmes con el fin de invadir Buenos Aires.
Las disposiciones defensivas del virrey Sobremonte resultaron una burla para el avance del general William Beresford, quien encabezaba la expedición inglesa. 
Cuando las tropas británicas cruzaron el Riachuelo, Sobremonte huyó hacia Córdoba y Buenos Aires quedó bajo gobierno inglés durante casi dos meses. 
Mientras tanto, desde Montevideo, el capitán de navío Santiago de Liniers organizaba las fuerzas para reconquistar Buenos Aires. 
La expedición al mando de Liniers salió el 3 de agosto. 
En su trayecto, fue sumando más milicias, algunas de ellas de los desbaratados intentos previos de reconquistar la ciudad. 
El 10 de agosto, desde los Corrales de Miserere (hoy Plaza Miserere), Liniers intimó a Beresford a rendirse, dándole un plazo de quince minutos. 
El general inglés respondió que defendería su posición. Pronto empezaría el combate. 
El 10 de agosto las tropas al mando de Liniers derrotaron a la guarnición inglesa del Retiro, y al amanecer del 12, entraron por las actuales calles Reconquista, San Martín y Florida. 
La lucha alcanzó entonces una ferocidad inusitada y los ingleses fueron forzados a retroceder hacia el Fuerte, donde no tardarían en rendirse. 
Transcribimos a continuación la nota de intimación que enviara Liniers al jefe invasor y la respuesta de éste, así como un fragmento donde Liniers recuerda la participación popular en la defensa de Buenos Aires.

Exmo. Señor: 
Don Guillermo Carr Beresford
 La suerte de las armas es variable; hace poco más de un mes que Vuestra Excelencia entró en esta capital, arrojándose con un cortísimo número de tropas a atacar una inmensa población, a quien seguramente faltó más la dirección que el valor para oponerse a su intento, pero en el día, penetrada del más alto entusiasmo por sacudir una dominación que le es odiosa, se halla pronta a demostrarle que el valor que han mostrado los habitantes del Ferrol, de Canarias y de Puerto Rico, no es extraño a los de Buenos Aires. 
Vengo a la cabeza de tropas regladas muy superiores a las del mando de Vuestra Excelencia y que no les ceden en instrucciones y disciplina. 
Mis fuerzas de mar van a dominar las balizas y no le dejarán recursos para emprender una retirada.
La justa estimación debida al valor de Vuestra Excelencia, la generosidad de la nación española y el horror que inspira a la humanidad la destrucción de hombres, meros instrumentos de los que con justicia o sin ella emprenden la guerra, me estimulan a dirigir a Vuestra Excelencia este aviso, para que impuesto del peligro sin recurso en que se encuentra, me exprese en el preciso término de quince minutos, si se halla dispuesto al partido desesperado de librar sus tropas a una total destrucción o al de entregarse a un enemigo poderoso.
Nuestro Señor guarde a Vuestra Excelencia muchos años. 
Ejército español, en las inmediaciones de Buenos Aires, 10 de agosto de 1806. 

Santiago de Liniers.



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