«Un día hace más de 40 años nos bañábamos en el mar y te pregunté:
Madre, ¿qué tengo que hacer para nadar sin flotador?'
Tú me dijiste:
'Hija, quitártelo y seguir nadando'».
«Es una anécdota real y una metáfora que me acompaña.
Porque así es la vida: si quieres algo, si quieres ser libre de verdad, sé valiente.
Y si algo te molesta, quítatelo.
Lo que me decía mi madre era palabra de Dios.
Y no dudé ni una décima de segundo en hacerle caso.
Sabía que podría seguir nadando sin problemas.
Mayte Martín
No hay comentarios:
Publicar un comentario