lunes, 19 de agosto de 2013

Para que tu me Oigas

Para que tú me oigas
mis palabras se adelgazan 
a veces como las huellas 
de las gaviotas en las playas.
 photo CHALL90813_zps10b29b07.png
  Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves 
como las uvas.
  Y las miro lejanas
 mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor
 como las yedras.
  Ellas trepan 
así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable 
de este juego sangriento.
Ellas están huyendo 
de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, 
todo lo llenas.
Antes que tú 
poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas 
más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan 
lo que quiero decirte
para que tú las oigas 
como quiero que me oigas.
El viento de la angustia 
aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños 
aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces 
en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, 
sangre de viejas súplicas.
Amame, compañera. 
No me abandones. 
Sígueme. Sígueme, 
compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo
con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas 
un collar infinito
para tus blancas manos, 
suaves como las uvas.
  Pablo Neruda
Hébergement photosHébergement photos

No hay comentarios:

Publicar un comentario