jueves, 23 de noviembre de 2017

24 de Noviembre: Recordando a Freddie Mercury

Hace hoy 26 años que el SIDA se llevó a Freddie Mercury, venciéndolo justo al día siguiente de que reconociera públicamente que era seropositivo. Durante años decidió llevar de una forma lo más secreta posible su enfermedad, algo que se le criticó ya que debido a su estrellato se podrían haber realizado numerosas campañas de concientización. Podríamos estar varios días escribiendo sobre su vida, sobre polémicas, o simplemente sobre Queen. Pero  este aniversario será para reivindicar la inmortalidad de sus canciones y su magnetismo como estrella del rock.

Se destacaba por encima de todo el magnetismo y carisma de Freddie sobre el escenario, su portentosa voz, que le permitía registros muy agudos e incluso cantar con Montserrat Caballé, una cantante lírica española con tesitura de soprano.
Mercury era el alma matter del grupo, no sólo por sus cambios de tono y tempo cantando, también por el uso del piano, una de las grandezas sólo de Queen.

Fue uno de esos grupos más sobrevalorados de la historia”, pero con justicia. Estuvieron a la altura de los héroes de los 70 como Led Zeppelin, The Who, Black Sabbath u otros tantos.

Lo cierto es que Queen es probablemente el grupo de los dinosaurios del rock que más clásicos ha colocado en la memoria colectiva. No hablo de cualquier amante de la música que al menos conoce los temas famosos de cada grupo, hablo de verdaderamente incidir en el imaginario popular. Obviamente los anuncios, las competiciones deportivas y demás ayudan, pero realmente quién no escuchó y tarareó:  ‘We Are The Champions’, ‘We Will Rock You’, ‘Another One Bites the Dust’ o ‘I Want To Break Free’ si la escuchan? O la propia ‘Bohemian Rapsody’, elegida como una de las mejores canciones del milenio.

Queen, vendieron millones de discos y grabaron canciones, que lograron inyectar en la memoria colectiva,  supieron hacerse un hueco en el hard rock de la época, abrazando otros postulados como el glam, por ejemplo.
No despuntaron tanto como el resto, ni inventaron nada, pero había características en ellos que aún hoy ponen los pelos de punta y que pueden sorprender a quienes no conocen toda la discografía.

Freddie y Brian escuchaban a Hendrix, de donde se influían para las idas y venidas de sus efectos con el sonido estéreo, y a eso había que sumar las propias cualidades del grupo, que analizando aún hoy en perspectiva, les hacían especiales. Técnicamente, Brian May era una máquina y uno de los mejores guitarristas de la historia. Tenía materia prima y con una guitarra elaborada por él mismo y su padre y tocando con una moneda de seis peniques que parece le otorgaba un sonido más depurado. Como prueba quedan los innumerables punteos acompañando a las melodías, riffs tremendos y sonidos emocionantes. Al otro lado del mástil estaba el bajista John Deacon, que aparte de sus ritmos carne de hit, se dedicaba a trucar y experimentar con los pedales de May para ayudarle a sacar esos sonidos tan elocuentes. Finalmente, Roger Taylor desde la batería complementaban a Mercury con sus fantásticos coros.

Mercury sobre todo era voz, pero no sólo era eso, eran sus registros vocales, era el piano, era su actitud y rol de estrella del rock, del glam y de ese personaje arrollador cuando se subía al escenario, capaz de comerse el mundo o de desnudarse ante el público con sentidas baladas. El resto del grupo cuadraba el círculo de banda destinada a ser grande.Los gloriosos coros que arropaban a Freddie, punteos solemnes, o a un Deacon en plena sincronización con Taylor, manteniendo la columna vertebral de la canción.
Siempre con Freddie  Mercury que mostraba el poderío de su voz desnuda y descarnada dentro de esa atmósfera de stadium rock, tenemos así a una de las bandas más grandes del rock de la historia, tanto por la insultante cantidad de singles, himnos, discos vendidos, como por su amplio registro (hard rock, glam rock, heavy, pop).
El talento de Freddie y sobre todo por él, probablemente la mejor voz del rock de la historia y una de las mejores, simple y llanamente. Sus historias en las letras, su creatividad, su personalidad, su faceta más íntima; escalofriante. Absolutamente grandioso y único. No habrá nadie más como él.

Debo recordar y emocionar con ‘The Show Must Go On’, una canción en la que el vocalista era consciente de que se estaba despidiendo. Lejos de venirse abajo, él y el grupo hicieron lo que mejor sabían: tocar. Es un tema emotivo como ninguno, con ese toque épico y triste; propio de alguien que sabe que pronto va a partir pero lo asume de forma valiente. Lo decía claro: él se iba, pero el show debía seguir. Al fin y al cabo, su alma seguía viva y él se iba peleando y haciendo lo que mejor sabía hacer, sobrecoger con su poderosa voz.

Hace más de veinte años que no está en el mundo de los vivos, pero continúa emocionándonos cada vez que lo recordamos, que ponemos los himnos (los conocidos y los no conocidos), cada vez que una de las mejores voces de la historia nos atraviesa.

Un personaje y un grupo que seguirán por mucho tiempo, quizá para siempre, en el imaginario colectivo, y ese es el mejor testigo que han podido dejar.

Gracias por la música FREDDIE!!!



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