lunes, 28 de abril de 2025

29 DE abril: Día del animal

El Día del Animal se celebra en la Argentina todos los 29 de abril en conmemoración del fallecimiento de Ignacio Lucas Albarracín, un abogado que fue el gran pionero en el país en la lucha por los derechos de los animales. 
 Albarracín nació en Córdoba capital el 31 de julio de 1850 y tras obtener su título de grado, decidió dedicar su vida a la defensa de los animales. 
Opinaba que aunque estos tuviesen un nivel de raciocinio inferior respecto del hombre, no se debía martirizarlos ni castigarlos. 
 Fue secretario de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales desde su inicio (1879) y sucedió a Domingo Faustino Sarmiento en su presidencia, en el año 1885. 
Desde allí fue un precursor en la lucha contra las riñas de gallos, la doma de potros, corridas de toros y tiro a la paloma. 
Albarracín fue el mayor impulsor de la Ley Nacional de Protección de Animales (N° 2.786) que se promulgó el 25 de julio de 1891. 
Este desarrollo que encabezó Albarracín fue la base legal que incorporó la Liga Internacional de los Derechos del Animal (1977) y la ONU.
Fue dueño de una modesta fortuna que le alcanzó para vivir decentemente hasta el final de su vida, el 29 de abril de 1926. Recién a partir de 1908 la fecha de su fallecimiento fue utilizada para conmemorar al Día del Animal.  
El Día del Animal se instituyó en homenaje a la muerte de Albarracín ocurrida el 29 de abril de 1926 a los 75 años. La segunda, y tal vez la más acertada según los historiadores, indica que fue el mismo Albarracín en 1908 quien dispuso el 29 de abril como fecha para celebrar el Día del Animal, fecha que asombrosa y casualmente, coincidió muchos años después con el día de su muerte.  
Fue pionero en la defensa de los derechos del animal“El loco” lo apodaba la gente, porque protagonizó un sinfín de episodios extraños para su época en su denodada defensa de los animales. Por ejemplo, se ponía delante de los carruajes tirados por caballos para evitar que fueran maltratados. 
Organizaba campañas en contra de las corridas de toros, las riñas de gallos y el tiro a las palomas cuando estas eran actividades socialmente aceptadas y bien vistas para la recreación de la gente. ​También se opuso a la existencia de los zoológicos y de los circos. 
De esta manera, Albarracín luchó contra todas aquellas prácticas en las que de una u otra manera, los animales eran maltratados. Más allá de su personalidad, su trabajo en la Ley Nacional de Protección de Animales que nos rige desde el 25 de julio de 1891 fue de una profundidad tal, que sentó las bases legales que incorporó la Liga Internacional de los Derechos del Animal (1977) y la ONU muchísimos años después. Día del Animal y el legado de Ignacio Albarracín.
 Es verdad que los zoológicos urbanos están desapareciendo de todas las grandes ciudades del mundo, y el lugar para ver a los animales son bioparques como el de Temaikén, con espacios muy grandes y dedicados al cuidado y preservación de los animales. Igualmente, en los países civilizados, es muy difícil ver un circo lleno de leones, tigres, monos y elefantes como los que hace un par de décadas recorrían las ciudades del interior argentino. Pero a pesar de algunos avances y el tiempo transcurrido, el maltrato animal sigue existiendo aunque esté penado por la ley. Y una manera de cambiar esta triste realidad es tomar el ejemplo del doctor Albarracín, educando a las nuevas generaciones. Es así, como Albarracín propuso que se incorporara en el programa escolar la materia “Educación Humanitaria”, que tenía el objetivo de “educar a buenas personas para el futuro” y lo hizo después de horrorizarse al ver a un grupo de escolares apuntando con hondas a los pájaros. “Sin la bondad, la civilización no es más que una mera palabra”, definió Albarracín hace 100 años ya.

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