Meditar sobre El Domingo de Pascua nos da la oportunidad para alegrarnos de la victoria de la vida sobre la muerte, de la luz sobre las tinieblas y de la esperanza sobre la desesperación.
Es la piedra angular de la fe cristiana.

Jesús resucitó entre los muertos al tercer día de su muerte.
Esto nos demuestra su victoria sobre el pecado y la muerte y afirmando su identidad como Hijo de Dios. Esto nos debe llenar de esperanza y seguridad. Inspirarnos a vivir con fe, coraje y alegría.

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