martes, 5 de diciembre de 2017

6 de Diciembre: Día nacional del gaucho


En nuestro país, el día nacional del gaucho se celebra el 6 de diciembre en conmemoración a la publicación de la primera parte de la novela El gaucho Martín Fierro, de José Hernández, obra que es considerada la más importante de la historia literaria de la Argentina, fecha que fue oficializada el 15 de diciembre de 1993 por la sanción de la ley Nº 24303. Se recuerda el día de publicación de la primera parte del poema “El Gaucho Martín Fierro”
Fue oficializado el 15 de diciembre de 1993. A través de uno de los personajes más representativos del ser nacional, Hernández puso todo su empeño en defender a los paisanos de las injusticias que se cometieron contra ellos. Martín Fierro cuenta la historia de un gaucho de la región pampeana, que a principios del siglo XX comenzó a ser visto como un arquetipo de la nacionalidad argentina, es decir, la figura que mejor representa a nuestro país, recordándolo nos reencontraremos con nuestras raíces y nuestra propia identidad nacional. Por eso, se decidió ligar el nacimiento del autor del Martín Fierro, el 10 de noviembre, con la celebración de la tradición argentina y la fecha de la primera edición de su obra con el reconocimiento a la figura del gaucho. En este sentido, a través de una ley, se estableció la creación de una Comisión Nacional del Gaucho, la misma tiene por objeto la promoción de los eventos conducentes a la celebración del Día Nacional del Gaucho, rescatando y difundiendo las manifestaciones culturales gauchescas.
El Gaucho La palabra gaucho deriva del término quechua "huachu", que significa sin padres. Esta palabra se usó en las regiones del Plata, Argentina, Uruguay y aún en Brasil, para designar a los jinetes de la llanura o pampa dedicados a la ganadería. El gaucho es una especie de vagabundo de la pampa, rústico y varonil que sabe defender su honor y demuestra valentía en circunstancias de peligro Su origen criollo proviene de la mezcla de sangre entre el español y el indígena.
El Gaucho, según cuenta la historia:
El gaucho luchó durante doscientos años contra las hostilidades de los indígenas y la tierra. Forjó un espíritu noble y osado. Vivió nómada, sin apegos ni prejuicios, cantó su rebeldía y amó la libertad. Nunca tuvo patrones y se ganó el sustento trabajando en el campo. Hábil jinete y criador de ganado se caracterizaba por su destreza física, su altivez y su carácter reservado y melancólico. Realizaba casi todas las faenas a caballo, animal que era su mejor compañero y toda su riqueza. El lanzamiento del lazo, la doma, el rodeo de hacienda y las travesías, eran llevadas a cabo por los jinetes que hacían del caballo su mejor instrumento. La Vestimenta La ropa del gaucho fue cambiando con quitas y agregados. 
En los principios, el gaucho de la pampa guardaba todavía semejanzas con sus predecesores inmediatos: el vaquero andaluz y el beduino errante. Más tarde fue admitiendo cambios que se vieron en la indumentaria, en sus costumbres cotidianas y hasta en el arreglo de su caballo. Lentamente, se volvió "paisano", y cuando llegaron los vascos, les impusieron la boina de Vizcaya, a los peones de faena. La rastra, sin embargo, siguió intacta, lo mismo que las espuelas, el cuchillo -caronero, facón o daga- y el poncho. Estas fidelidades indican pertenencia y son las señales de nuestra leyenda. La boina fue reemplazando de a poco al sombrero "serenero" la golilla y el norteño "panza de burro", pero indemnes los gachos o chambergos de ala doblada y sujeta a la copa, de original confección española, como lo es de herencia el sombrero correntino, típicamente andaluz. No obstante las alteraciones de las épocas, ahí están los recados y rebenques que estuvieron siempre, y hasta el lazo, que fue orgullo en los primeros tiempos.
Tareas en las que se desempeña
  El gaucho era un hombre muy diestro para dominar a los animales. Los conocía bien y no les temía. Era rudo, astuto y hábil jinete. Para la yerra siempre se lo convocaba. También era domador incomparable amansando a los potros más salvajes. En las tareas del arreo era un experto y sabía dirigir la hacienda por los terrenos más tortuosos. Arriero: es el que arrea el ganado, especialmente en la región andina. Entre los quichuas el arriero de las montañas recibía el nombre de curumí. Tropero: es, en nuestro país, el conductor del ganado especialmente vacuno. Lo que lo obliga a ambular frecuentemente por los valles y por las pampas.
Entre todos los trabajos del gaucho, el más paciente y heroico fue el del tropero.

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