Esta leyenda cuenta que la isla, como su nombre bien lo dice, tiene forma de corazón y su origen esconde una historia de amor que merece ser contada. Es un relato de los indios Mapuches, una historia de amor no correspondido, triste y trágica, como la de Romeo y Julieta, pero en versión indígena.
En aquel entonces de este suceso, existían dos tribus que eran rivales entre sí. Tan enemistados estaban que no se hablaban y tenían el territorio delimitado para que su gente no se mezclara. Sin embargo, y como sucede en toda historia y en la vida misma, los hijos hacen todo lo que los padres prohiben, y es así como la hija del cacique de una tribu y el hijo de otro cacique se enamoraron perdidamente. Vivieron su amor clandestinamente, hasta que por miedo a ser descubiertos por sus padres decidieron escaparse. Cuando emprendieron la fuga, uno de los caciques se dio cuenta de que los enamorados habían desaparecido y coordinó con su mayor enemigo la persecución. Los buscaron por largo tiempo hasta que los encontraron y los acorralaron, con el lago Mascardi detrás. A la pareja no le quedó otra opción que meterse al lago, nadar e intentar llegar a la otra orilla. La baja temperatura del agua del lago les jugó una mala pasada. Cuando estaban a medio camino los enamorados empezaron a sentir hipotermia. No podían avanzar debido a que se estaban congelando y decidieron abrazarse para buscar calor entre sus cuerpos. Pero lamentablemente las flechas lanzadas por los perseguidores los alcanzaron y se hundieron abrazados en el lago. Finalmente, la leyenda cuenta que como producto del hundimiento del amor de estos enamorados se forma la isla en forma de corazón.
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