Tú que haces florecer lo invisible,
en lo pequeño de cada día hallo tu presencia,
y en lo humilde germina tu grandeza.
En lo mínimo siembras el poder de lo eterno,
como la semilla que brota en silencio,
o el susurro de un amor sincero,
que crece sin que nadie lo vea.
Oh Dios, hazme fiel en lo pequeño,
enséñame a valorar cada gesto escondido,
que mi corazón se llene de esperanza
al saber que en lo simple, Tú estás obrando.

Que en el servicio callado encuentre fuerza,
y en la entrega cotidiana, mi alegría;
pues en lo pequeño se gestan las grandes historias,
y en el amor escondido, tu Reino eterno.
Mirza Deras

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