sábado, 18 de agosto de 2012

Reflexión

Cuando miremos atrás la historia de nuestra vida, o cuando alguien escriba nuestro breve obituario, las grandes cosas a menudo serán pasadas por alto.
Lo que se reconoce como importante son los pequeños encuentros de la vida a través de los cuales nuestra alma habló.
Una vida espiritual honra lo pequeño, lo aparentemente insignificante, lo subestimado, lo marginal.

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Como Jesús dijo, De cierto os digo, que cuanto no hicisteis a uno de éstos más pequeños, tampoco a mi lo hicisteis. (Mateo 25.45)
Para la mayoría de nosotros que vemos el Alma Primordial en los grandes acontecimientos, en las grandes empresas, o gloriosas comprensiones, es importante recordar que, a menudo, el alma habla a través de aquellos aspectos de nuestras experiencias y relaciones que pueden considerarse marginales,desvalorizadas e insignificantes.
Muchos de nosotros buscamos señales del alma en la alegría o las tribulaciones del pasado o pretendemos un reflejo de nuestra alma individual en los acontecimientos gloriosos, experiencias, y comportamientos en el futuro.
No obstante, la experiencia clínica y la sabiduría espiritual reiteran una y otra vez que descubramos el alma aquí y ahora.

(by Ashok Bedi, M.D)
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