sábado, 7 de septiembre de 2013

8 de septiembre: Día de la Agricultura y del Productor Agropecuario.

El 8 de setiembre de 1856 se fundó la primera colonia agrícola argentina que se llamó Esperanza, en la Provincia de Santa Fé, por iniciativa de Aarón Castellanos. Los colonos eran 1162, todos de nacionalidad suiza. Este día tomaron posesión de las parcelas asignadas.
En la Ciudad de Esperanza se levanta el monumento a la Agricultura. En este día se rinde homenaje a todos los productores agropecuarios del país que con su trabajo y su esfuerzo construyen la grandeza de nuestra patria que tiene, en la agricultura, una de sus principales fuentes de desarrollo.
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 En los fundamentos de la ley se puede leer que “la actividad agrícola es uno de los pilares fundamentales de la economía argentina; el extenso territorio y la variedad climática existente, permiten una gran distribución de los cultivos. Desde los comienzos de nuestro país, millones de hombres y mujeres han dedicado su vida a esta actividad, y fue el esfuerzo de millones de familias lo que permitió que hoy en día la agricultura sea uno de los pilares fundamentales de nuestra economía”. No se trata solamente del campo. Porque hay que convenir que detrás de muchas familias de agricultores hay nexos que la vinculan con otras actividades, generalmente pequeñas y medianas empresas que constituyen el motor de muchas poblaciones rurales. No hay que ser necios y es necesario reconocer que gran parte de la riqueza del país es producto del trabajo de los agricultores y agropecuarios en general. Esta celebración que marca el calendario del agradecimiento coincide con un hecho que es importante para Gualeguaychú: la fiesta del campo que se desarrolla a través de la Exposición Rural y la Expo Sur Entrerriano. Se trata, a todas luces, del reconocimiento de quienes son parte innegociable de la identidad de la comunidad y de la región. No es casual que en cada hogar de cada barrio exista una referencia al hombre de campo y a la cultura del trabajo. Aunque parezca una obviedad, se vive un contexto por demás propicio para recordar que la agricultura ejerce un papel importante si se aspira al desarrollo de los pueblos. Es imprescindible tomar conciencia de ello, valorar y difundir dicho esfuerzo. Es cierto que algunos aspectos de la agricultura intensiva a nivel industrial son perjudiciales para la salud humana y el ambiente. La creciente influencia de las grandes compañías productoras de semillas y productos agrotóxicos preocupan cada vez más, tanto a los agricultores como a la comunidad en general. Pero de lo que aquí se trata es de reconocer la importancia de la agricultura como base fundamental para el desarrollo y riqueza de la sociedad. No es negar los hechos perjudiciales, sino convocar a un reconocimiento por ser una actividad que está presente todos los días en la vida de la región. 

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