Todos tratan de realizar algo grande; no se dan cuenta de que la vida se compone de pequeñas cosas.
Disfrutando las pequeñas cosas tal vez un día volvamos la vista atrás y nos demos cuenta de que eran las grandes cosas.
Ejecuta con esmero tu trabajo, aunque parezca insignificante.
Cualquier cosa que hagas, por muy trivial que la juzgues, es un paso hacia el progreso.
Un pequeño gesto puede mejorar un ambiente, subir el ánimo, alentar a alguien.
Un simple apretón de manos, o una palmada en el hombro, puede hacer renacer la esperanza a alguien que estaba por flaquear.
Seamos fieles en las pequeñas cosas que realizamos diariamente, nos dice la Madre Teresa de Calcuta,
ya que allí estará nuestra fortaleza:
seamos puntuales, fieles, leales, usemos palabras bondadosas, mostrémonos dispuestos hacia los otros;
lo demás `viene por añadidura'.
Las pequeñas cosas, sumadas,
constituyen las grandes cosas.
Son las pequeñas cosas las que pueden hacer agradable nuestra vida
y la de los demás.
FUENTE: PILLEUX, Mauricio: `Las pequeñas cosas', recibido de la suscripción de Tutifruti en www.elistas.net. Bogotá, ago-01.
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