lunes, 17 de diciembre de 2018

Los Ángeles

Cuando el pueblo Judío era esclavo de los Egipcios, un Ángel se le aparece a Moisés para darle instrucciones que Dios tiene para él.
Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetro, que era sacerdote de Madián. Un día las llevó a través del desierto y llegó hasta el monte de Dios, que se llama Orbe.

Allí el Ángel del Señor se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba, lo llamó desde la zarza y le dijo:"No te acerques y descálzate porque el lugar en el que estás es Sagrado"(Éxodo 3. 1-5.)
Descalzarse antes era entrar a un Templo o a un lugar sagrado y es una costumbre que conservan algunas culturas, lo hacen los chinos en sus pagodas, lo hacen en la India en sis ashrams y monasterios de tibetanos en sus templos. La idea de descalzarse tiene varios significados, pero uno de ellos es no traer impurezas, ni energías de baja vibración a un lugar de Luz, es por eso que debemos dejar el calzado en la puerta. La calle, los lugares públicos están llenos de suciedad, bajas vibraciones y energía negativa. Cuando uno entra a un lugar sagrado no debe contaminar ese espacio con esa energía. Incluso si tienes un cuarto de meditación e tu casa, o en ti dormitorio, es conveniente dejar el calzado en la puerta y usar unas chinelas que no tengan contacto con el mundo exterior, así conservarás la pureza de esos espacios.
También el profeta Daniel fue visitado por esos Seres Alados.
El Rey Nabucodonosor había tenido un sueño, sus sabios no supieron interpretarlo, entonces llamaron a Daniel quien había recibido en sueños las revelaciones y la explicación de su significado.
El Rey mandó a construir una estatua de oro y ordenó que todos se arrodillaran a adorarla cuando escucharan los instrumentos, pero tres jóvenes que trabajaban en la administración de a provincia de Babilonia y eran judíos no adoraban estatuas. El rey se enfureció y mando a matarlos. Entonces ordenó calentar el horno siete veces más de lo acostumbrado. Los tres jóvenes vestidos con las ropas de los cargos que ocupaban, fueron atados y y arrojados al horno ardiente. Como el rey había ordenado que su órden se cumpliera al instante y el horno estaba muy encendido, las llamas alcanzaron y mataron a los soldados que habían arrojado a los tres jóvenes. Entonces Nabucodonosor de levantó muy asombrado y dijo a los Consejeros de sus gobierno: No arrojamos al fuego a tres hombres atados? Pues yo veo cuatro hombres desatados que caminan en medio del fuego y el cuarto tiene aspecto de ángel,
Entonces el Rey exclamó: Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego que envió a su ángel ara salvar a sus siervos fieles, que no cumplieron la orden del rey prefiriendo morir antes que arrodillarse a adorar a otro que no fuera su Dios. (Daniel3. 19-28)
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