¡Mas cuídate de una inteligencia excesiva!
Buda se alejó, pero su mirada y su imperceptible sonrisa quedaron grabadas para siempre en la memoria de Siddhartha.
"Nunca he visto mirar ni sonreír así a un ser humano --pensó el joven--, ni tampoco sentarse o caminar de este modo.
Así me gustaría poder mirar y sonreír, sentarme y caminar yo también, con la misma dignidad, modestia, naturalidad y misteriosa ingenuidad con que él lo hace.
Sólo una persona que ha logrado penetrar hasta lo más profundo de su ser es realmente capaz de caminar y de mirar así.
Pues bien: ¡Itentaré penetrar yo también en el mío!
"Sólo he visto a un ser humano --continuó pensando--, a uno solo que me haya obligado a bajar la mirada. Y a partir de ahora no pienso bajarla ante nadie, ante nadie más.

Ninguna doctrina volverá a seducirme, ya que ni la de este hombre ha conseguido hacerlo.
¡Muchas cosas me ha quitado Buda: muchas! Pero más me ha dado a cambio. Me ha quitado a mi amigo, que antes creía en mí y ahora cree en El, que era mi sombra y ahora es la sombra de Gotama.
Pero me ha regalado a Sidhartha, me ha regalado a mi mismo."
HERMANN HESSE

No hay comentarios:
Publicar un comentario