Otros salen a la calle,
sin paraguas, con la frente en alto,
y en cada gota encuentran un suspiro,
un recordatorio de que aún respiran,
de que la vida, como la lluvia,
es un milagro que se despliega
sin pedir permiso.

Hay quienes buscan refugio
en la calidez de un café,
donde el aroma del café
se mezcla con el sonido suave de la lluvia,
y en un rincón solitario
abren un libro y encuentran
el eco de un amor que nunca muere.
Y están los que, descalzos y felices,
bailan en los charcos,
dejando que la lluvia les cuente
secretos que solo ella conoce,
y en cada salto, en cada risa,
se descubre el júbilo de un corazón
que ha decidido no temerle a la tormenta.
Pero también están aquellos
que bajo la lluvia se abrazan,
y en ese abrazo hallan la certeza
de que no importa cuán fuerte caiga el aguacero,
mientras tengan ese refugio
donde el amor es más fuerte
que cualquier tempestad.
¿Dónde va la gente cuando llueve?
Va a encontrarse con su propia alma,
a descubrir que, a veces, la lluvia
no es más que un pretexto
para dejar que el corazón
hable en su lenguaje más íntimo.
Y tú a dónde vas cuando llueve...? 🌧️
(De la red.)

No hay comentarios:
Publicar un comentario