miércoles, 1 de noviembre de 2017

2 de noviembre: Conmemoración de los fieles difuntos, de los muertos por la patria y del soldado desconocido

La tradición de rezar por los difuntos se remonta a los primeros tiempos del cristianismo, en donde ya se honraba su recuerdo y se ofrecían oraciones y sacrificios por ellos.

Cuando una persona muere ya no es capaz de hacer nada para ganar el cielo; sin embargo, los vivos sí podemos ofrecer nuestras obras para que el difunto alcance la salvación.

Con las buenas obras y la oración se puede ayudar a los seres queridos a conseguir el perdón y la purificación de sus pecados para poder participar de la gloria de Dios.

A estas oraciones se les llama sufragios. El mejor sufragio es ofrecer la Santa Misa por los difuntos.

Debido a las numerosas actividades de la vida diaria, las personas muchas veces no tienen tiempo ni de atender a los que viven con ellos, y es muy fácil que se olviden de lo provechoso que puede ser la oración por los fieles difuntos. Debido a esto, la Iglesia ha querido instituir un día, el 2 de noviembre, que se dedique especialmente a la oración por aquellas almas que han dejado la tierra y aún no llegan al cielo.

La Iglesia recomienda la oración en favor de los difuntos y también las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia para ayudarlos a hacer más corto el periodo de purificación y puedan llegar a ver a Dios. "No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos".

Nuestra oración por los muertos puede no solamente ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión a nuestro favor. Los que ya están en el cielo interceden por los que están en la tierra para que tengan la gracia de ser fieles a Dios y alcanzar la vida eterna.

Para aumentar las ventajas de esta fiesta litúrgica, la Iglesia ha establecido que si nos confesamos, comulgamos y rezamos el Credo por las intenciones del Papa entre el 1 y el 8 de noviembre, “podemos ayudarles obteniendo para ellos indulgencias, de manera que se vean libres de las penas temporales debidas por sus pecados”.

La Iglesia ha querido instituir un día que se dedique especialmente a orar por aquellas almas que han dejado la tierra y aún no llegan al cielo.

Los vivos podemos ofrecer obras de penitencia, oraciones, limosnas e indulgencias para que los difuntos alcancen la salvación.

La Iglesia ha establecido que si nos confesamos, comulgamos y rezamos el Credo entre el 1 y el 8 de noviembre, podemos abreviar el estado de purificación en el purgatorio.

Oración

Que las almas de los difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Así sea.

“El Día de los Muertos por la Patria”, se debe a la iniciativa de un docente, un profesor Correntino el Dr. José Alfredo Ferreira, allá por el año 1910, con el objetivo de no olvidar a todos aquellos que dieron su vida por la patria, también recordemos a los hombres y mujeres que cayeron luchando por cristalizar el sueño de un país organizado, libre, soberano, con justicia y trabajo para todos.

Por este motivo hoy 2 de Noviembre, también se conmemora el Día de los muertos por la patria.
Pidamos por las almas de nuestros compatriotas que a lo largo de nuestra historia han entregado su vida para legarnos esta bendita Nación Argentina.

Pidamos también ser fieles a nuestra patria, a nuestro pueblo, a Ti Señor, roguemos por las almas de nuestros Mártires, los que han caído en Malvinas, y a los que han muerto como prisioneros de guerra en los campos de concentración en las cárceles argentinas.

Te pido Señor, que a nosotros no nos des paz, sí, la fuerza suficiente para luchar y rescatar a los prisioneros de guerra, a los que están sufriendo su martirio por haber guerreado contra la subversión apátrida y contra la vil Inglaterra.

Que la Virgen de Luján, nuestra Madre del Cielo, eleve la oración por los muertos y por la Patria hacia Dios Nuestro Señor. Así sea.

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