Para ser sabio, el
principal ingrediente que le debes poner a tu vida es humildad, es uno
de los factores principales del avance espiritual y el enriquecimiento
de la sabiduría del individuo, puedes estar muy cargado de conocimientos
y aprendizajes, con una vida llena de experiencias y de muchas cosas
para enseñar a otros, pero si eres una clase de “patán” nunca tendrás
sabiduría.
Hay muchas cualidades que definen a un sabio, no solamente la riqueza de conocimientos y la capacidad para aconsejar. El sabio es la clase de persona que vive aquello que predica, siendo el principal ejemplo de lo que está tratando de enseñar a otros. Un ejemplo claro es el médico que le habla a sus pacientes de los peligros para la salud que implica el consumo de tabaco, pero que al salir de su consultorio, lo primero que hace es encender un cigarrillo. Ese médico no es un sabio, es una persona con amplio conocimiento y experiencia, con capacidades, habilidades y métodos que resaltan, pero no cumple lo que predica.
Como cultivar la sabiduría
Tienes que aprender a entender que no es posible entenderlo todo, que todo en la vida es pasajero y sobretodo lo material, es como una herramienta para entrenarte, tanto las situaciones como las cosas materiales.
No seas conformista, pero si agradece lo que la vida te ha dado, recuerda que si actúas bien, la vida te seguirá dando, conforme das, recibirás.
Puede que no sea siempre lo que quieres, pero de que tendrás, es seguro que tendrás. Pero es más importante el bien espiritual que el material, así que enfócate más en crecer como persona y no en enriquecerte de cosas materiales.
Nunca esperes nada de los demás, de esa forma estarás siempre satisfecho, puesto que no habrán decepciones ni fraudes, menos aun quedarás insatisfecho con lo que los demás te dan en razón de lo que desearías que te den.
El sabio sabe usar su tiempo
Usa bien tu tiempo libre, no vivas del libertinaje, disfruta de la libertad. No te creas tampoco más sabio que nadie, mientras más sabio te crees, más ignorante eres. Controla tus emociones, especialmente la ira, llénate de luz, no de sombras, la ira y la tristeza, oscurecen el alma, la alegría, la sonrisa y la tranquilidad, iluminan al ser. Examínate antes de examinar a los demás, antes de ver la pajita en el ojo ajeno, primero date cuenta de la gran viga que está nublando tu vista.
El sabio utiliza su tiempo a favor para si, lo que contribuye a cultivar su sabiduría.
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