La elección de San Martín de Tours como patrono de la Ciudad tiene algo de leyenda y de azar.
Ocurrió el 20 de octubre de 1580, poco después de la fundación, cuando las autoridades debieron elegir a un patrono.
Entonces, pusieron los nombres de varios santos en unas papeletas y sacaron una al azar.

Salió San Martín de Tours, pero como no quedaron conformes volvieron a realizar el sorteo dos veces más.
El resultado fue el mismo y no tuvieron más remedio que aceptarlo.
Hijo de un tribuno militar romano, Martín nació en la actual Szombathely (Hungría) en el año 316.
Siguiendo con la tradición militar, ingresó al ejército imperial a los 15 años. Mientras integraba las huestes romanas se convirtió al cristianismo.
Hacia el 337, mientras estaba en Amiens (actual Francia), San Martín de Tours vio a un mendigo que estaba recostado junto a la puerta de la ciudad, tiritando de frío. Entonces, espada en mano, dividió su capa en dos.
Conservó una mitad y la otra mitad se la dio al mendigo como abrigo.
El gesto causó sorpresa entre los demás romanos, porque ellos no acostumbraban a tener compasión con los más débiles. Días después de este episodio, Martín vio en un sueño a Jesucristo, quien le dijo: “Martín, me has cubierto con este vestido”.
Después de recibir el bautismo, fue liberado de sus obligaciones militares en Worms (actual Alemania). Entonces, fue a Poitiers para unirse a los discípulos de San Hilario y adoptó un modo de vida ascético y de oración casi constante.
Luego, fue a Milán, donde volvió a encontrarse con su madre a quien logró convertir al cristianismo. En cambio, su padre permaneció pagano.
De regreso en Poitiers, hacia 361, participó de la construcción del monasterio de Ligugé, donde vivió como monje durante diez años, bajo la dirección espiritual de Hilario. En 371, luego de ser ordenado sacerdote, fue electo obispo de Tours.
Ya como Obispo de Tours, San Martín emprendió la evangelización y el combate contra el paganismo, en especial, contra el gnosticismo. También tuvo que enfrentar al Obispo Prisciliano, quien había adoptado la doctrina maniquea.
Martín de Tours fundó la comunidad Maius Monasterium (monasterio mayor), también conocida como Marmoutier.
Además, en su afán evangelizador, dedicó los últimos 25 años de su vida a viajar por Turena, Chartres, París, Autun, Sens y Vienne. Murió en Candes (actual Candes-Saint-Martin) en 397.
Luego de su muerte, el trozo de capa que le había regalado al mendigo fue encontrada y puesta en una urna. Además, un grupo de cristianos construyó un pequeño santuario para conservarla y como lugar de culto. Como en latín “media capa” se dice capilla, la gente comenzó a decir que iba a rezar a la “capilla”.
De esta manera, la palabra comenzó a identificar a cualquier lugar pequeño dedicado al rezo.

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