martes, 10 de enero de 2012

Todo cambio es ya mismo.

Todo cambio es ya mismo.
Soñar con un futuro de pajaritos de colores, delirios místicos, y dioses de nombres y formas,
es no querer asumir la responsabilidad de ser felices ya mismo.
Esperar que las profecías nos salven o tener miedo de que nos hundan,
es seguir en una cándida pero triste esperanza de que algún día, de otro modo, todo sea diferente, cuando el único instante en que podemos hacer distinto nuestro paso diario por este planeta, es sabiendo la verdad, viviendo en amor, compartiéndolo, informándolo, transmitiéndolo, pero siendo coherentes primero en nuestra manifestación de ese amor.
Como dicen los seres sublimes  ¿Quieren sanar el cuerpo? Amen, amen, amen.
C. M. Domínguez
Photobucket

Photobucket

No hay comentarios:

Publicar un comentario