Se celebra a partir de 1949 a pedido del Instituto Superior de Urbanismo de la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa, que partió del ingeniero argentino Carlos María Della Paolera, consiste en crear la conciencia de habitar en ambientes sanos y gratos con espacios verdes.

Esta conmemoración pretende recordar acciones necesarias para el bien común como el aumento de parques y zonas recreativas, la remodelación de algunas áreas ciudadanas, la terminación de obras de desarrollo urbano, la descongestión de zonas superpobladas y aquellas medidas que disminuyan la contaminación del aire y del agua.
Se dice que desde el momento que nacieron las ciudades, al mismo tiempo nació el Urbanismo. Ya hace más de 3000 años, los egipcios nos dieron una lección de este tema al construir la ciudad de Kahun, la que fue diseñada en forma especial.
También la antigua ciudad de Babilonia que contaba con calles pavimentadas, murallas y grandes espacios verdes entre los que sobresalieron los famosos jardines colgantes considerados como una de las maravillas del mundo.
Las ciudades se fueron fundando a través del tiempo de diversas maneras. Algunas fueron fundadas por una autoridad que era la responsable de colonizar regiones, asegurando de esta manera la soberanía de algún país, otras lo fueron de una forma espontánea, y, su crecimiento se realizó alrededor de un almacén de ramos generales u hotel de campaña, en algún cruce de caminos o con el advenimiento del ferrocarril alrededor de una estación.
Las hubo las que se desarrollaron teniendo como eje centros de producción agrícolas, zonas fabriles, explotaciones mineras, etcétera. Se puede considerar a Francisco de Paula Sanz el primero que comenzó en nuestro país a tratar el tema del urbanismo.
En 1757 tomó medidas de urbanización para la ciudad de Buenos Aires destinadas a lograr un mejor funcionamiento de la misma consistentes, entre otras en “limpiar a la ciudad de las inmundicias e incomodidades en que la había tenido constituida hasta entonces el abandono y ninguna policía de sus calles, para que se respire un aire más puro y se remuevan de un todo las causas que casi anualmente hacen padecer varias epidemias que destruyen y aniquilan parte de su vecindario”.
Tuvo amplia colaboración de parte del Capitán de Ingenieros Pedro Mosquera y el Alarife Pedro Preciado quienes fueron los encargados de efectuar la nivelación de las calles facilitando de esta manera el desagüe de las mismas y logrando que los vecinos empedraran las bocacalles entre sus cuatro esquinas.
De Paula cumplió diversas funciones en la ciudad de Buenos Aires hasta que pasó a dirigir la Intendencia de Potosí, llegando también a ocupar el cargo de gobernador. Ciudades más nuevas como la ciudad de Resistencia, capital de la provincia del Chaco, tuvo desde su creación, calles anchas, avenidas y plazas simétricamente dispuestas, constituyendo un ejemplo de ciudad construida de acuerdo con el plano de un ingeniero urbanista, independientemente de los problemas de desagües que la aquejan debido a su emplazamiento en una zona baja, rodeada de lagunas y esteros que sufren los avatares del río Paraná, constituyendo la solución de este problema un desafío importante para cualquier urbanista, ingeniero ,arquitecto, agrimensor, etcétera, que se anime a encontrar la solución al problema.
En el año 1934, precisamente el 8 de noviembre se creo en las oficinas de Planeamiento Urbano de la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, el emblema del urbanismo que se conoce en todo el mundo. Es un cuadro dividido horizontalmente por la mitad, con el sol, símbolo de vida , en el centro. La franja superior, celeste, representa el cielo y el aire puro.
La franja inferior, verde, recuerda la importancia de los espacios verdes para la salud. Desde 1949 el Día Mundial del Urbanismo se celebra en cada aniversario de la creación de ese emblema.
Fuente http://www.diarionorte.com/

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