Ya puedo volar
El pájaro manso vivía en la jaula y el pájaro libre en el bosque. Más su destino era encontrarse, y había llegado la hora.
El pájaro libre cantaba:
“Amor, volemos al bosque”.
El pájaro preso decía bajito:
“Ven tu aquí, vivamos los dos en la jaula”.
Decía el pájaro libre:
“Entre rejas no pueden abrirse las alas”.
¡Ay!, decía el pájaro preso, “¿sabré yo posarme en el cielo)”
El pájaro libre cantaba:
“Amor mío, pía canciones del campo”.
El pájaro preso decía:
“Estate a mi lado, te enseñaré la canción de los Sabios”.
El pájaro libre cantaba:
“No, no, nadie puede enseñar las canciones”.
El pájaro preso decía:
“¡Ay..!, yo no sé las canciones del campo”.
Su amor es un anhelo infinito, mas no pueden volar ala con ala. Se miran y se miran a través de los hierros de la jaula, pero en vano su deseo. Y aletean nostálgicos y cantan:
“Acércate más, acércate más”.
El pájaro libre grita:
“¡No puedo! ¡No puedo! ¡Qué miedo me da tu jaula cerrada!”
El pájaro preso canta bajito:
“¡Ay.!, no puedo. ¡Mis alas se han muerto!”
Rabindranath Tagore
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