sábado, 24 de marzo de 2018

Domingo de Ramos

Hoy comienza la Semana Santa , los días en que se conmemoran la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús. Son momentos de gran actividad para los católicos y que se determinan de acuerdo al calendario lunar.

Se rememora justo siete días antes del Domingo de Pascua, fecha de la resurrección de Jesús. Con el Domingo de Ramos, que celebra el momento en que el hijo de Dios entró triunfante aunque humilde a Nazaret, ciudad que estaba repleta de peregrinos que lo rodearon con ramos de olivos en las manos, entre cánticos y exclamaciones, lo acompañaron hacia el ingreso y lo siguieron llenos de fe.

Según los Evangelios, la gente alfombraba el camino del elegido y dejaba a su lado pequeñas ramas de olivo al son de cantos de los Salmos, que decían: "Bendito es el que viene en el nombre del Señor. Bendito es el enviado del Reino de Nuestro Padre".

Si bien el lugar de esta entrada no está especificado en los libros santos, se presume que fue en la Puerta Dorada, desde donde se creía que el Mesías entraría a Jerusalén.

Las ramas de olivos son signo de la bendición de Dios, de su protección y ayuda. Y también son las ramas del árbol típico de la región donde vivió Jesús. La tradición indica que deben colocarse sobre un crucifijo o cuadro religioso para recordar que se trata de algo sagrado.

La misa que se celebra hoy tiene dos momentos importantes: la procesión y bendición de los ramos y la lectura de la Pasión.

La semana continúa con el Jueves Santo, fecha en que se recuerda la bendición del pan y del vino de Jesús en la Última Cena además del lavatorio de pies realizado por Jesús; luego llega el Viernes Santo, día de su crucifixión; en el período concluye en el Domingo de Resurrección.

Con el Domingo de Ramos se abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las palmas y de la entrada de Jesús a Jerusalén y la Liturgia de la Palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Marcos.

Las ceremonias principales de este día son la bendición de las palmas, la procesión, la misa, y durante la misa, el relato de la Pasión de Cristo. Los fieles que participan en la procesión, que data del siglo IV en Jerusalén, deben llevar en las manos ramos de palma, olivos u otros árboles, y entonar cantos. Los sacerdotes también llevan ramos y van delante guiando a los fieles.

Los fieles acostumbran colocar las palmas, ya bendecidas, junto a las cruces, en altares o cuadros religiosos que hay en sus hogares como recuerdo de la victoria pascual de Jesús. En muchos lugares, estas palmas se convierten además en manifestaciones interesantes de arte.

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