martes, 8 de mayo de 2018

9 de Mayo: Día Internacional de las Aves

El Día Internacional de las Aves se celebra por iniciativa de BirdLife International, quien exhorta a que esta celebración se lleve a través de festivales, eventos, exposiciones, conferencias y presentaciones alusivos a este Día. El objetivo primordial es no dejar pasar un momento en el año sin enaltecer y reconocer la grandeza de estos singulares seres vivos.
Esta organización es una red de ONGs que tiene como objetivo la conservación de todas las especies de aves que habitan en la Tierra así como de sus hábitats. Además, trabaja por la conservación de la diversidad biológica del mundo y la adecuada utilización humana de los recursos naturales.

Las Aves juegan un papel fundamental en el ecosistema porque cumplen funciones como la polinización de plantas y la distribución de semillas. Además de ser apreciadas por su extraordinaria belleza.

Pero, según un estudio realizado por la BirdLife International (BLI), aproximadamente un millar de aves en el mundo están en peligro de extinción y otras tantas están siendo vulneradas por la acción destructiva del hombre. Las constantes invasiones en su hábitat, incendios forestales, deforestación, pesticidas que se lanzan al ambiente y la cacería, son actividades que atentan contra la supervivencia de estos animales.

Desde 1988 SEO/BirdLife elige el "Ave del Año" con el fin de llamar la atención sobre alguna especie de nuestra avifauna que requiere de una atención especial debido a su precaria situación de conservación y amenazas vigentes.
Las Aves son animales vertebrados, caracterizados por tener el cuerpo recubierto de plumas, un pico sin dientes, extremidades anteriores modificadas como alas y dos patas. Todas las aves se reproducen mediante huevos (son ovíparas) y casi todas alimentan a sus crías. La mayoría puede volar, son muy diversas y se han adaptado muy bien al entorno. Están distribuidas por todo el mundo, incluso en la Antártica y los desiertos. En el mundo se estima que existen alrededor de unas 9,700 especies diferentes en estos momentos. Por eso hoy en día se dice que las aves son los vertebrados terrestres más abundantes.

Estos seres vivos son muy importantes porque ayudan a diseminar las semillas, al alimentarse de los frutos y eliminar las semillas mediante sus fecas, polinizan las plantas (picaflores), controlan plagas; y cumplen una importante función al alimentarse de los desechos orgánicos.

Según un estudio realizado por el Consejo Internacional para la Protección de las Aves (ICBP), más de un millar de especies de aves están en peligro de extinción. Sin embargo, hay muchas más cuya población esta disminuyendo o son potencialmente vulnerables y pronto podrían estar también en peligro de extinción. La familia que cuenta con más especies amenazadas (más de 70 especies) es la de los psitácidos, la familia de los loros.

Es importante señalar que de las 9.700 especies de aves conocidas en el planeta, más del 33% se encuentran en América del Sur y de este porcentaje, Venezuela posee el 44%. Esto lo ubica como el sexto país de mayor diversidad de aves en el ámbito global.

Son las aves una de las especies más expuestas a la actividad destructiva del hombre. Los incendios forestales destruyen sus hábitats y aniquilan sus fuentes de alimentación, el humo hace saltar a los polluelos antes del tiempo indicado. Los pesticidas envenenan las colonias de aves y su alimento. Con la agricultura intensiva se destruyen los bosques y se drenan las lagunas para convertirse en zonas de cultivo donde las aves no pueden sobrevivir. El comercio ilegal, la cacería, el saqueo de nidos, la captura de polluelos y su cautiverio han puesto a muchas especies al borde de la desaparición, atentando así contra la supervivencia y evolución de estos increíbles y coloridos animales.

Cuba, es signataria de instrumentos internacionales como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies amenazadas de la Fauna y la Flora Silvestres y también del Protocolo relativo a las Áreas y la Flora y Fauna Silvestres Especialmente Protegidas de la región del Gran Caribe, por tan solo mencionar algunos.

El zunzuncito, el colibrí, Carpintero, Cartacuba y el Tocororo, reconocida como el ave nacional cubana, son algunas de las especies que en la actualidad integran la lista roja de la fauna en la Mayor de las Antillas.
De ahí que ser firmante de los tratados antes mencionados, demande un alto compromiso con la adopción de acciones dirigidas a la conservación de las especies entre ellas de aves, que tienen una especial significación en nuestra diversidad biológica.

El Día Mundial de las Aves tiene como objetivo concienciar a la sociedad sobre la necesidad de proteger a las aves y sus hábitats en todo el planeta.
Rendimos homenaje a El hornero, pájaro nacional.
Declarado Ave de la Patria en 1928, este simpático ejemplar se encuentra en todo el país. Sus nidos forman parte del paisaje rural y del urbano.
Chapalea en el barro,

parece que zapatea un malambo.

Malambo del hornerito que amasa,

la tierra para su casa

(Malambo del hornero- Waldo Belloso / Zulema Alcayaga)

Es el Pájaro Nacional Argentino, o Ave de la Patria, según lo determinó la Asociación Ornitológica del Plata en 1928, cuando resultó elegido en una encuesta organizada en conjunto con el diario La Razón. Ajeno a los grandes títulos, el hornero es un ave que se destaca por sus nidos de barro que construye en postes de alambrados, tendidos eléctricos, aleros de casas y cualquier saliente donde se encuentre a gusto.

El hornero se encuentra en casi todo el país, tanto en el campo como en zonas pobladas. Mide unos 20 cm, es de color pardo y tiene el vientre un poco más claro. La hembra es un poco más pequeña. Tiene merecida fama de trabajador, ya que sus nidos son una pieza digna de admirar. En pocos días, a veces sólo una semana, estas aves construyen laboriosamente sus nidos en otoño. Para eso, la pareja trabaja en conjunto transportando barro y paja con sus picos, sin descanso hasta terminarlo.

La construcción es realizada de afuera hacia adentro. Cuando la base está lista, los horneros comienzan a levantar la pared en semicírculo. Por fin queda cerrada la bóveda, con una puerta en forma de ojiva en uno de sus lados. Ésta será la entrada al nido que siempre se ubica en el ángulo más protegido de los vientos. Las aves cierran esa ojiva en espiral y así construyen una pared interna que forma la cámara de postura, con terminaciones de plumas y hojas en su interior. Para finalizar alisan las paredes interiores con el pico o con ayuda de una pajita cuando el barro aún está fresco. Una vez que endurecen, estos nidos son tan sólidos que permanecen en buen estado, a pesar de hallarse a la intemperie, durante varios años.

Allí la hembra pondrá sus 3 a 6 huevos blancos, que incubará en forma conjunta con su macho. Ellos forman una única pareja en toda su vida. La incubación que dura unos quince días, está a cargo de ambos padres: mientras uno busca comida el otro mantiene calor de los huevos. Cuando el primero regresa le avisa con su canto al que está adentro y éste sale mientras el que acaba de regresar lo reemplaza en el nido.

Sus pichones se crían en el interior y permanecen dos o tres meses en compañía de sus padres antes de hacer vida independiente. Cuando los pichones abandonan el nido, también lo dejan sus padres, que construirán una nueva casa para la próxima nidada.

Esos nidos abandonados son rápidamente ocupados por otros animalitos que aprovechan estas construcciones para formar sus hogares, como ratones, golondrinas, gorriones, o jilgueros.

Los horneros son muy diversos en apariencia y hábitos, aunque la mayoría presentan colores apagados. Los de la Pampa difieren de los que habitan las selvas de América del Sur. Algunas especies se han adaptado a la gran pradera cubierta de matorrales, incluso a la semidesértica, y otras a la selva más o menos tupida. Su color es pardo, con cuello rojizo, garganta blanca, pecho pardo claro, vientre blancuzco y cola rojiza.

Sus vuelos son generalmente alrededor del nido para buscar materiales para su construcción o alimento para los pichones. Nunca se alejan, y cuando bajan al suelo andan a los saltitos. Son grandes insectívoros, buscan su alimento en la tierra, entre las hojas o en los campos arados. Comen sobre todo insectos: mariposas y larvas de mariposas, hormigas, arañas, gusanos, langostas, escarabajos, y de esta manera colaboran con el agricultor, ya que eliminan los insectos perjudiciales para las plantas.

Sobre su temperamento, puede decirse que son muy mansos y muy sociables. No le temen al hombre. Su pelaje no es muy llamativo y su canto tampoco se destaca, pero dicen que cuando un hornero construye un nido cerca de una casa, es símbolo de buenos augurios. Otro dicho popular afirma que donde hay un nido de hornero no caerán rayos ni centellas. El hornero inspira respeto y simpatía. Su título de Pájaro Nacional es uno de los homenajes que se le rinden.

Cuidemos nuestras aves!!!

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