sábado, 18 de octubre de 2025

Feliz día de la madre.

Un día las bajé y sin darme cuenta, se hicieron grandes... 
Las cargué cuando se habían lastimado. Las cargué cuando estaban emocionadas. 
Las cargué cuando estaban cansadas. Las cargué cuando aún cuando eran demasiado pequeñas para ver lo que yo podía ver. 
Y de pronto un día las bajé y ya no las volví a cargar. 
Un día, sin darme cuenta... ellas se hicieron grandes. Demasiado grandes para caber en mis brazos. Demasiado grandes para descansar en mi. 
Un día las bajé y sin darme cuenta ellas se hicieron fuertes. Lo suficientemente fuertes para seguir adelante aunque estuvieran cansadas; lo suficientemente fuertes para calmar su propio dolor. 
Un día las bajé y sin darme cuenta, ellas podían ver por encima de la gente. 
Ellas podían ver sin mi ayuda. 
El día que las bajé, yo no sabía que sería el último. Había sido una rutina que hicimos miles de veces. Ellas aún necesitan descansar su cabeza en mi hombro. Ellas aún me buscan cuando se lastiman. 
Ellas aún me llaman cuando están asustadas. Pero ya nunca descansarán en el borde de mi cadera o se quedarán dormidas con sus pequeñas piernitas colgando de mí. 
Ya nunca necesitarán mi ayuda para ver por encima de la gente. 
Ya nunca serán pequeñas para caber entre mis brazos. 
Ya nunca levantarán sus brazos para que yo las cargue. 
Ellas ya tienen sus propias alas para volar. 
UN DIA BAJÉ A MI HIJAS Y YA NUNCA LAS VOLVI A CARGAR. 
Crédito al Autor

No hay comentarios:

Publicar un comentario