sábado, 28 de octubre de 2017

TOLERANCIA Y MANSEDUMBRE

El proverbista Salomón decía que la mansedumbre hace cesar grandes ofensas y que cuando alguien intenta irritarte y lo ignoras o le respondes con un bien, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza.

Hoy más que nunca necesitamos fomentar la paz. Hoy más que nunca necesitamos vencer con el bien, el mal.

Hombre, no desquites tu ira con tu mujer o tus niños. Ellos no tienen la culpa de tus problemas en el trabajo, de tu falta de empleo, o de las cosas que te están sucediendo.


Mujer, no maltrates a tus hijos ni a tu esposo. No intentes desquitar tus problemas emocionales o traumas con aquellos que son inocentes.

No descarguemos nuestro coraje con inocentes animales que no tienen razonamiento para defenderse y que solo tratan de darnos amor. Ellos también son seres que Dios creó.

Los que son jefes o tienen personal a cargo en sus lugares de trabajo, no sean abusivos, no tomen su enojo, tensión o presión, como excusa para tratar mal a sus empleados o compañeros de trabajo y justificar lo incorrecto que hacen.

Sembremos mejor tolerancia, respeto, paz y tranquilidad. Recordemos que nuestros niños y jóvenes aprenden lo que ven de los adultos. Ellos imitan patrones y conductas. Comuniquémonos, dialoguemos y cortemos de raíz la intolerancia, el abuso y la violencia que tanto daño nos están haciendo. Seamos personas sosegadas, apacibles, dulces y tranquilas.
A veces la mansedumbre puede lograr cosas que la ira y la violencia no.

Brendaliz Avilés

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