ºNo acuse a nadie, ni diga que alguien es algo que no es, o algo de lo que usted no tiene pruebas que es.
ºNo ataque ni le haga mal al que no se lo ha hecho.
ºDisfrute sin estrés de los distintos momentos de sana confianza con su prójimo (saber escuchar, saber aconsejar y saber callar) es un buen presupuesto para forjar la paz del mundo.
ºNo distorsione la verdad ni difunda lo que no es cierto o aquello de lo que no tiene certeza, guiarse por los comentarios de los demás es falta de sabiduría.
ºLa autoridad reside en el pueblo, por ello todos debemos estar unidos a brindar un buen ejemplo de vida sana para que así nuestros hijos y nuestros políticos aprendan de nuestro ejemplo.
ºNo escandalice al público; es desacierto crear falsas alarmas pues ello conduce a la zozobra y convierte a todos los ciudadanos en: “pastorcitos mentirosos”.
ºNo ridiculice a nadie, todos somos seres muy especiales y como tales debemos tratarnos los unos a los otros.
ºNo siempre quien está de moda, es quien es buena gente; muchas veces los que estamos pasados de moda, somos muchísimo mejor.
ºSiempre recuerde ese dicho popular que dice: “Hay de todo en la viña del Señor”.
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