¿Cuántas veces nos hemos mirado al espejo y sólo hemos visto nuestro rostro, mientras nuestras almas estaban detrás del cristal, mirándonos con los ojos vacíos?
¿Has intentado permanecer en completo silencio, escuchando tus pensamientos mientras fluyen sin restricciones? Es aterrador.

El hombre no soporta enfrentarse a sí mismo, por eso llena su vida de ruido, de trabajo, de conversaciones vacías, de estupefacientes, de cualquier cosa que le haga escapar de la pregunta que siempre le persigue: ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué me mantiene en marcha?
Quizás la respuesta no sea buscar, sino dejar de huir..."
Fiódor Dostoievski

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