sábado, 15 de agosto de 2020

16 de Agosto: Día del niño

En la Argentina el Día del Niño se celebra el tercer domingo de agosto. Por lo tanto, según el calendario, la fecha en 2020 es el 16 del octavo mes del año. Pero la fecha de celebración fue cambiada en dos oportunidades.



Al igual que otros tantos festejos de 2020, se desarrollará durante la pandemia por coronavirus. En consecuencia, en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), y otras regiones del país con alta circulación del virus, lo más probable es que los encuentros con la familia sean virtuales.

En rigor, el Día del Niño comenzó a celebrarse en 1960 en nuestro país. Desde entonces, y durante muchos años se festejó el primer domingo de agosto. Sin embargo, en 2003, por pedido la Cámara Argentina de la Industria del Juguete y debido a cuestiones comerciales, se trasladó al segundo.

Desde 2013, también por otra solicitud de la misma entidad que nuclea a los comercios y fabricantes de juguetes, la celebración pasó al tercer domingo de agosto, la actual fecha.

El origen de la fecha data de 1956, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instó a todos los países a que celebraran el Día Universal del Niño en la fecha que consideraran conveniente.

Por Gabriel Lerner
Junto con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el apoyo de la Jefatura de Gabinete de Ministros hemos avanzado en la resignificación de una fecha en la que queremos visibilizar las diferentes maneras de vivir la niñez. Porque hay tantas infancias como chicas y chicos en el mundo es que propusimos renombrar esta celebración tradicional como “Día de las infancias”.

Los chicos serán los protagonistas el próximo domingo, pero la pandemia moldeará la modalidad de celebración.
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La iniciativa se fundamenta en el desafío de reconocer y visibilizar las transformaciones producidas en las últimas décadas en el plano social, cultural y normativo en nuestro país, y parte de la premisa de que para visibilizar desigualdades y dar cuenta de la diversidad propia de la experiencia infantil, es necesario también trabajar en el plano de lo simbólico, recogiendo a su vez las voces de distintas organizaciones y también de las propias niñas, niños y adolescentes.

Si bien para la SENAF el tradicional “Día del niño” no es una acción prioritaria, sí es considerada como un momento de alto impacto simbólico y cultural, ya que es un día en que la sociedad en su conjunto posa su mirada sobre los niños y las niñas. Nos sumamos a esta celebración entonces visibilizándolos como sujetos de derechos y de una protección especial por su condición de personas en desarrollo.

La secretaría lleva adelante acciones con provincias, con municipios, con otros ministerios, con organizaciones, tanto en labores de promoción como de protección y restitución. Pero reconocemos que, tratándose de un día en el que la sociedad reconoce, celebra y festeja a las niñas y niños, se transforma en un momento importante para promover una reflexión desde este y otros organismos del Estado y abrir o convocar al diálogo a la sociedad en su conjunto.

Los niños, niñas y adolescentes están atravesados por vivencias y procesos múltiples y divergentes espacios de socialización, donde el lenguaje, como convención social y práctica cultural, muchas veces cristaliza y reproduce desigualdades. En ese sentido, estamos convencidos que la idea de día del “niño” no permite ver, percibir, aprehender la diversidad de las infancias. Por eso, nuestra iniciativa se basa en el lema de que hay diferentes maneras de vivir la niñez, por lo tanto, hay tantas infancias como cantidad de modos existan. O sea, resignificar es celebrar esas infancias.

La noción de infancias, en plural, permite visibilizar dos cuestiones. Por un lado, diversas perspectivas: la de género y diversidad, de chicos, chicas, chiques; la perspectiva étnica, chicos, chicas, pibes, pibas, mita’i en guaraní, güeni´ en mapuche, botijas en nuestras zonas cercanas al Uruguay, changuitos y changuitas. Hay una diversidad étnica, lingüística, cultural, sexual que no quedan excluidos cuando nos referimos en plural. También hay niños y niñas con discapacidades y hay quienes no se encuentran atravesadas/os por esta condición. En síntesis, una gran diversidad. Entonces, por un lado, se trata de una perspectiva que recoja la situación de las infancias desde esa diversidad y que al mismo tiempo promueva la no discriminación de todos los niños y las niñas.

Por otro lado, la segunda dimensión que también nos permite visibilizar, este renombramiento, es la relación de las infancias con los derechos. Hay niñas y niños que están con sus familias, pero también quienes están en hogares o residencias esperando ser recibidos en adopción; hay niñas y niños que acceden a una educación de calidad y otros que aún no; hay quienes son víctimas de violencia y de abusos y quienes tienen una mayor protección de sus familias y comunidades. Es decir, hay una gran diversidad en términos de acceso a derechos y de lo que se trata es de reconocer esas inequidades para que las políticas públicas que implementamos trabajen sobre ellas para revertirlas, promoviendo la inclusión, la igualdad y el respeto por la diversidad.

Entonces, no es en realidad un cambio de nombre como una decisión oficial, no hay un nombre obligatorio para referirse a este día; pero sí es, en cambio, el intento de contribuir desde el Estado proponiendo un modo de nombrar que refleje mejor esas realidades, diversas y desiguales, un humilde aporte para mejorar la condición de las infancias.

Prefiero decir Feliz día del niño!!! Lo importante es cuidarlos, no cambiar nombres.
Chicos los quiero!!!


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