martes, 4 de agosto de 2020

El ombú

El ombú es el árbol patrio para los argentinos. 
Se le conoce también por bellasombra, Phytolacca  o árbol de la bella sombra.


El ombú, Phytolacca dioica, tambien conocido como bellasombra, es una planta arborescente nativa de la Pampa (Argentina y Uruguay). Pese a su tronco grueso y su gran porte (alcanza una altura de 10 a 15 m, con una amplia copa y grandes raíces visibles) es discutido si es un árbol, un arbusto o una hierba gigante; quienes científicamente aducen que es una hierba gigante resaltan principalmente la curiosas características de su tallo, bastante húmedo y verde sin notorios anillos de corteza: de madera esponjosa y blanda (la madera de ombú a no ser que esté muy desecada no sirve para hacer leña de fogones ni para tallas de carpintería), contiene grandes cantidades de agua, lo que le permite sobrevivir en el entorno de escasas lluvias de la pampa seca. Crece rápidamente, y es inmune a buena parte de los insectos que depredan las hojas de la flora pampeana gracias a su savia tóxica. Su nombre es una voz guaraní que significa sombra o bulto oscuro.

Pese a ser de una madera de características "herbáceas" el ombú ha tenido y mantiene grandes utilidades para el ser humano en la región de la llanura pampeana: sirve de refugio (especialmente de día como "sombra" para el descanso) ante jornadas muy calurosas o en temporales y "avenidas" (grandes crecidas de aguas); su sombra mantiene la húmedad superficial del suelo adyacente y sirve de hito, mojón o señal para situar distancias y territorios en la planísima llanura de la Pampa húmeda.

Las hojas del ombú son de forma elíptica y buen tamaño, hasta 20 cm de largo, de color verde oscuro brillante (más claro en el revés). Aparecen alternas, al cabo de un pecíolo de escasa longitud. Las flores son dioicas, y aparecen en racimos terminales de color blanquecino. Su fruto es una baya de color amarillento, pardo claro en la madurez, que contiene semillas ovoides de unos 3 mm de largo y color negro brillante.

Generalmente se desarrollan como especímenes aislados, aunque algunas veces se han encontrado agrupaciones importantes de esta especie, como en la llamada "Isla de los ombúes" en el Cerro Arequita, Lavalleja y el "Bosque de ombúes", situado en Rocha, Uruguay, el cual es único en el mundo por su tamaño (extendiéndose por una franja de 20 km). Hoy día hay pocos ejemplares silvestres. Es fácil encontrar referencias al ombú dentro del folclore rioplatense y en la tradición gauchesca. Su amplia copa servía de sombra a los viajeros durante las horas de sol más intenso, ganándole el mote de amigo del gaucho y su respeto. Dentro de la poesía gauchesca, uno de las obras donde el ombú toma un rol predominante es Santos Vega de Rafael Obligado.

La leyenda del Ombú Existía hace mucho tiempo una tribu que vivia en estas tierras, el cacique de la tribu tenía una hija muy hermosa llamada Ombí, si, así se llamaba "Ombí"... vivieron epocas prosperas hasta que un día la tierra empezo a secarse, las lluvias no venían y los cultivos empezaron a perecer, lo intentaron todo pero cuando vieron que solo un par de plantas quedaban en pie renunciaron... tenían que marcharse o morir de hambre... pero una, solo una, Ombí, tenía el coraje para insistir sobre el polvo, cuando quedó la última planta se sento junto a ella para hacerle sombra y así permaneció días y días manteniendo con vida la maltrecha hierba, al final un día cuando todos despertaron en lugar de la bella muchacha encontrarón un arbol inmenso que permanecía inmutable otorgandole su sombra a la hierba que se mantenía a suras penas pero al fin en pie..... gracias a los dioses llegaron las lluvias y fue un gran festejo, y en honor a la perseverante muchcacha fue que se le llamó Ombú ...
JEB Ingeniería Forestal.

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