domingo, 29 de noviembre de 2020

Tiempo de Adviento

¿Qué es el Adviento?


El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo 29 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.

El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado. Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la Iglesia.

El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.

Se puede hablar de dos partes del Adviento:

Primera Parte

Desde el primer domingo al día 29 de noviembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de los tiempos;

Segunda Parte

Desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada "Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en las historia, la Navidad.

Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesias ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.

 Comentario del Evangelio Primer domingo de Adviento:

Estén despiertos No sabemos el día ni la hora, por ello necesitamos estar siempre despiertos y no dormidos.

Evangelio del primer domingo de Adviento, Marcos 13, 33-37.

El primer domingo de Adviento nos ofrece un Evangelio breve, pero con mensaje directo. Estos versículos tomados del capítulo trece, forman parte del discurso escatológico que utiliza el estilo apocalíptico judío. En ellos se anuncian tiempos difíciles, como la caída del Templo y de la ciudad de Jerusalén, limitándose a anunciar las señales premonitorias, sin que se indique el momento exacto en que sucederán. Se sobreentiende que de conocer el día y la hora, nos prepararíamos y estaríamos alertas únicamente el tiempo necesario. En vez de ello, nos pide permanecer alertas y con una actitud vigilante siempre y en todo momento. ¿Recuerdan a los discípulos en el huerto de los Olivos (Mc 14,34)? Se adormentaron en vez de permanecer despiertos esperando a su Señor. La imagen de permanecer despiertos nos invita a vigilar sin caer en la tentación ni bajar la guardia. En los momentos difíciles, no rendirse. Ante la violencia del pecado, no dejarse arrastrar por el mal. No sabemos el día ni la hora, por ello necesitamos estar siempre despiertos y no dormidos. Vigilar y orar para no caer en tentación. Por eso dice el apóstol: ¡Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo te iluminará (Ef 5,14)!

Esperando a Jesús

 

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