Silvina fue la segunda hija del matrimonio, nació el 4 de octubre de 1915, después de que su madre perdiera el embarazo de un varón. Cuando llegó Marta, su hermana menor, el padre proclamó:"¡Basta de chancletas!". En sus Memorias, Silvina cuenta:"Nunca me gustaron las muñecas. Para mis cumpleaños me hacía regalar arcos, flechas, hachas, rifles, cañones, soldados de plomo y esa carpa de indios que era mi orgullo. De haber nacido cincuenta años después, me hubieran llevado a un psicoanalista y creído que tenía tendencias lesbianas. Por fortuna, nací cuando a nadie se le ocurría pensar cómo iba a evolucionar una chica. A mis padres les causaba gracia mi disposición guerrera. Mi padre decía: ‘Silvina es mi hijo varón’".

Ocurrió tal como ella misma lo había expresado en vida, al señalar que estaba
convencida que su literatura no perduraría.
Escribió unos cincuenta libros. La mayoría novelas. Fue habitual que sus
títulos resultaran best sellers. Los burgueses vendió 60.000
ejemplares. Te acordarás de Taormina, quizás
su novela más autobiográfica e íntima, agotó 37.000 ejemplares en un año.
Sumado el conjunto, superó el millón de ejemplares vendidos. Entre los sesenta
y ochenta del siglo pasado, sus lectores esperaban, ávidos, "el nuevo
libro" sobre el cual solía dejar caer algunos datos en las entrevistas que
con frecuencia le hacían. Gráfica, radio y televisión no le fueron ajenas. Asombraba.
Escribió, por ejemplo, una novela que transcurre íntegra mientras un novel
periodista se empeña en hacer funcionar el grabador portátil ("a
casete") para concretar el diálogo con su entrevistado; a la sazón un
escritor. Los lectores, una y otra vez, entreveían en esas novelas referencias
directas a las vivencias sentimientos y pensamientos de la autora quien, junto
a Marta Lynch y Beatriz Guido, irrumpió en la literatura argentina cuando era
un territorio reservado a varones.
Frontal, concreta, precisa, nunca le importó ser "políticamente
correcta". Así fue Silvina Bullrich. Nació el 4 de octubre de 1915. De
adolescente, la revista Atlántida publicó algunos de sus
poemas. Entabló una gran amistad con Manuel Mujica
Láinez quien la relacionó con Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Estela
Canto, Victoria y Silvina Ocampo.
Sobre lo que pensaba en relación al futuro de su obra escrita, refirió en
cierto momento: "Hay escritores para una elite, otros
para escritores y otros para la posteridad. Yo he sido una escritora para mis
lectores contemporáneos. Sé que no voy a perdurar en la literatura, mi éxito es
un éxito del presente".
Falleció en el Hospital Cantonal de Ginebra (Suiza) el 2 de julio de 1990.
El mismo donde agonizó Borges. La recordamos

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