martes, 27 de septiembre de 2011

29 de septiembre: San Miguel Arcángel



San Miguel es uno de los siete arcángeles y está entre los tres cuyos nombres aparecen en la Biblia. Los otros dos son Gabriel y Rafael, cuya fiesta se celebra este mismo día. La Santa Iglesia da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama "Príncipe de los espíritus celestiales", "jefe o cabeza de la milicia celestial". Ya desde el Antiguo Testamento aparece como el gran defensor del pueblo de Dios contra el demonio y su poderosa defensa continúa en el Nuevo Testamento.

Satanás tiembla al escuchar su nombre, ya que le recuerda el grito de noble protesta que este arcángel manifestó cuando se rebelaron los ángeles. San Miguel manifestó su fortaleza y poder cuando peleó la gran batalla en el cielo.

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En el Antiguo Testamento San Miguel aparece como el guardián de la nación hebrea. En el libro de Daniel, Dios envía a San Miguel para asegurarle a Daniel su protección.
En Constantinopla tenía un templo dedicado a su nombre y era también muy famoso el Mikaelión de Sostenión, cerca de la capital bizantina, donde, según la tradición, Miguel había curado milagrosamente al emperador Constantino. En Occidente también se apareció el arcángel repetidas veces; sus apariciones más famosas son las del Monte Gárgano en Italia, alrededor del año 500, y la del monte Adriano, donde el año 611 el Papa Adriano IV le construye un oratorio, sobre el que sería más tarde Castillo de San Ángelo. En España alcanzó renombre su aparición en la serranía Navarra de Aralar para ayudar al noble caballero Don Teodosio de Goñi en lucha contra el dragón infernal.
Hoy día ya no se dan tales apariciones aparatosas, pero el Arcángel se mantiene fiel a su misión de custodio de la Iglesia, como lo proclama la oración a él dirigida al fin de la Misa, preceptuada por León XIII.
Si en tiempo de tentación, tenemos el coraje de reprender al maligno y clamar la asistencia de San Miguel, el príncipe de la milicia celestial, el enemigo por seguro saldría huyendo. Si deseamos tener su protección, debemos imitar sus virtudes, especialmente su humildad y su celo por la gloria de Dios. El arcángel San Miguel está invisiblemente activo para ayudarnos, ya que el Señor le dio un amor compasivo por los hombres y no hay alma que escape su atención.

Hoy celebramos sus día y le rogamos por la paz del mundo.

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