jueves, 15 de septiembre de 2011

Reflexión

Ya sea frente a un lago o mirando un estanque de aguas cristalinas, nunca tengas pensamientos, palabras o sentimientos negativos frente a un espejo; al contrario, envía sentimientos y pensamientos positivos, y éstos volverán a tí.
Por su capacidad de duplicar la realidad, los espejos son poderosos talismanes; mirarse en un espejo es conocerse y reconocerse,
derramando bendiciones o maldiciones.
Durante mucho tiempo el espejo desempeñó funciones muy distintas a las que actualmente tiene, pues para varias culturas significó la puerta de comunicación con sus dioses o ancestros
, y por lo mismo,
era fuente de conocimientos ocultos, oráculos o presagios,
ya que de él podían emerger respuestas o seres procedentes de otros mundos.
En nuestras vidas de hoy, los espejos ya no son portales, sino objetos de auto contemplación y reflejo de nuestro universo.
La realidad es un espejo;
somos lo que pensamos que somos.
Y toda nuestra vida nos refleja;
nuestro trabajo,
nuestra pareja,
nuestros hijos,
nuestras casas,
nuestros amigos,
nuestras acciones.
Por eso, hónrate como la criatura divina que eres,
y crea frente a tu espejo,
tu propia realidad. Llegó por e-mail

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