lunes, 10 de septiembre de 2018

11 de septiembre: Día del Maestro

El 11 de setiembre de 1888 fallecía en Asunción, Paraguay, Domingo Faustino Sarmiento, personalidad política, literaria e intelectual que mantuvo entre sus principales preocupaciones una idea de educación pública que resultara para la época la vía de conducción del Estado argentino hacia el progreso y al culto de la civilización. Con una actividad incesante en todo lo referido a educación pública —fundación de escuelas, confección de programas y difusión de avances científicos—, Sarmiento se posicionó como unos de los precursores de la escuela moderna en Argentina. En su homenaje se celebra el Día del Maestro.



En 1943, la Primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas, celebrada en Panamá, resolvió decretar el 11 de setiembre como Día del Maestro para todo el continente americano en honor al fallecimiento de Sarmiento, pero también en reconocimiento a la importancia que implica el trabajo y disposición de todos los maestros que día a día realizan su trabajo en las escuelas.
PARTE DE SU HISTORIA

Domingo Faustino Sarmiento reunió en su persona la condición del escritor y del político. Y en ambas no pasó desapercibido: fue presidente de la República Argentina y autor de un centenar de obras. Buena parte de la vigencia extraordinaria de su fama se debe a la minuciosa descripción que realizó de la lucha entre la civilización y la barbarie como rasgos definidores de una república hispánica.

A los quince años Sarmiento fundó una escuela en San Francisco del Monte, provincia de San Luis. Tiempo después se enroló como soldado para luchar contra los federales y tuvo que exiliarse en Chile, adonde se empleó como periodista y minero. De nuevo en San Juan, fundó el periódico El Zonda e inauguró un colegio para señoritas. En 1840 volvió exiliado a Chile, donde continuó su labor como periodista y participó en la fundación de la Facultad de Humanidades de ese país. En esos años dirigió una escuela e inventó un método para enseñar a leer y escribir: el Método de lectura gradual.

En 1852, cuando los federales dejaron el poder, retornó a la Argentina. En los años siguientes ocupó diversos cargos públicos: concejal municipal de Catedral al Norte (1856-1857), senador de la Legislatura (1857) y director del Departamento General de Escuelas. Fue Gobernador de San Juan (1862-1864), y años más tarde, entre 1868 y 1874, Presidente de la República y luego Senador Nacional.

Durante su gobernación de San Juan decretó la obligatoriedad de la enseñanza primaria y fundó una escuela para más de mil alumnos. En el lapso de su presidencia fueron muchas las acciones destinadas a la educación: entre otras, creó varias instituciones escolares primarias, secundarias y terciarias (como el Colegio Militar, la Escuela Naval, las Escuelas Normales de Paraná y Concepción del Uruguay, y los Colegios Nacionales de Santa Fe, San Luis, Santiago del Estero, Corrientes y Rosario). Fundó un sistema de bibliotecas populares, impulsó la construcción del Observatorio Astronómico de Córdoba y la Academia de Ciencias de esa provincia y organizó la Primera Exposición Nacional en la ciudad de Córdoba. Durante su mandato, la cantidad de alumnos primarios creció de 30.000 a 100.000.

Fuentes: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes / Educ.ar / Sitio El Historiador



CORAZÓN DE TIZA
Porque sos un ángel que llegó hasta mí,
porque me hace bien saber que sos así,
no te vayas nunca, te queremos ver aquí.

Chicos, yo los quiero desde que los vi,
porque con ustedes también descubrí
que hay muchas maneras para ser feliz.

Corazón de tiza, corazón,
siempre una sonrisa, corazón.
Corazón de tiza me das tu alegría y me das tu amor.
Ay, corazón de tiza no te vayas nunca,
de nuestro corazón.

Porque me ayudás cuando me siento mal,
porque me cuidás cuando papá no está,
desde que llegaste, nada es igual.

Chicos, yo los quiero desde que los vi,
porque con ustedes también descubrí
que hay muchas maneras para ser feliz.

Corazón de tiza, corazón,
siempre una sonrisa, corazón.
Corazón de tiza me das tu alegría y me das tu amor.
Ay, corazón de tiza no te vayas nunca,
de nuestro corazón.

Corazón de tiza, corazón,
siempre una sonrisa, corazón.
Corazón de tiza me das tu alegría y me das tu amor.
Ay, corazón de tiza no te vayas nunca,
de nuestro corazón.
Ay, corazón de tiza no te vayas nunca,
de nuestro corazón.

Letra y música Andrés Mazitelli



Feliz día maestros!!!!

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