Pintar porque quiero, no porque tenga algo que demostrar.

Escuchar a mi cuerpo, conciliar el sueño cuando la luna está alta y se despierta lentamente, sin buscar un lugar a donde ir.
Quiero no vivir guiada por los relojes o cualquiera de las restricciones artificiales que la humanidad nos impone.
Sólo quiero ser, sin límites y hasta el infinito …”.
Alejandra Pizarnik

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