Antiguamente se decía que las campanas junto a las velas servirán para ahuyentar a los malos espíritus, pero con el paso del tiempo, el significado de las campanas que cuelgan de puertas y ventanas o de nuestro árbol de navidad representan la alegría del nacimiento del niño Jesús y la llegada de la Navidad.
Al sonar las campanas navideñas de las catedrales y las iglesias, indican para los cristianos el momento del culto y la oración, siendo un llamado a la meditación y la reflexión.
Son también un símbolo de la alegría de la navidad por lo que siempre deben estar presentes en los árboles y en todos los hogares.
El uso de las campanas para anunciar cualquier acontecimiento más o menos notable es muy antiguo, pero en la Iglesia comenzaron a usarse en un tiempo relativamente tardío.
El aviso para los Oficios Divinos, en los primeros siglos, se hacía de viva voz; parece que existieron unos diáconos, cuyo nombre era "cursores", que avisaban de casa en casa.
El uso de las campanas aparece en la Iglesia Occidental, en el siglo VII y en la Oriental, parece que no se usaron antes del siglo IX, apareciendo las primeras campanas en Santa Sofía de Constantinopla. Láminas de madera, golpeándolas unas contra otras; una barra de metal, bocinas o trompetas (prescritas por la Regla de San Pacomio para congregar a los monjes).
Cuando se pusieron en uso las campanas, en un principio, no había más que una en cada iglesia, multiplicándose posteriormente.
Al crecer el número de campanas, como asimismo el volumen de las mismas, se vio la necesidad de construir torres para colocarlas debidamente y para que la sonoridad de las mismas pudiera esparcirse más.
Hacerlas sonar es un arte que crea musicalidad y lleva siempre una enorme carga de sentimientos, su signo es positivo: su repicar navideño es sólo motivo de alegría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario