lunes, 2 de diciembre de 2013

3 de Diciembre: Día del Médico

En el día del médico se celebra el progreso de la profesión médica y se ponen en común los diversos aspectos que esta profesión ofrece, incluyendo tanto a los profesionales con largos años de dedicación como a los recién egresados de la universidad. El Día del Médico fue decretado en un Congreso Médico reunido en Dallas (Texas) en 1933, en homenaje al nacimiento del doctor Juan Carlos Finlay quien confirmó la teoría de "La propagación de la fiebre amarilla a través del mosquito", presentado en la Academia de Ciencias de la Habana el 14 de agosto de 1881. Este médico investigador no sólo descubrió que la fiebre amarilla era trasmitida por la picadura del mosquito sino que logró una cura para la enfermedad.  photo DIADELMEDICO_zpse7f7e726.png
  De esta forma se facilitó la construcción del canal de Panamá debido a que muchos obreros morían a causa de esta enfermedad.
  Los médicos cumplen con objetivos primordiales dirigidos al bien de la comunidad, tal como promocionar la salud, prevenir la enfermedad y curar, aliviar y consolar al enfermo. Hipócrates, llamado el padre de la medicina, tenía como precepto médico, la famosa frase de su autoría "Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento" que sintetiza una verdad descomunal, una frase que si se tuviera en cuenta en la vida contemporánea, ayudaría a toda la humanidad, alejando las enfermedades y también el hambre de la faz de la tierra. También dijo: "Natura morborum medicatrix" (la naturaleza cura las enfermedades).
Vivió entre los años 460 y 357 antes de Cristo, y se lo consideró como la máxima autoridad durante siglos, a través de la Edad Media y en el propio Renacimiento. Sus obras representan un monumento único en la historia por cuanto señalan el comienzo de la medicina racional en occidente. La medicina del genial Hipócrates, propiciaba la exclusiva utilización de los agentes naturales, como la alimentación, el agua, el ayuno, los ejercicios, etc... él fue el primer naturista, y sus ideas no han dejado de tener validez, a pesar de los años. Aùn, en nuestro días, en muchos países los médicos al recibirse, realizan el Juramento Hipocrático.
  JURAMENTO HIPOCRATICO: 
Juro por Apolo el Médico y Esculapio y por Hygeia y Panacea y por todos los dioses y diosas, poniéndolos de jueces, que este mi juramento será cumplido hasta donde tenga poder y discernimiento. A aquel quien me enseñó este arte, le estimaré lo mismo que a mis padres; él participará de mi mandamiento y si lo desea participará de mis bienes. 
Consideraré su descendencia como mis hermanos, enseñándoles este arte sin cobrarles nada, si ellos desean aprenderlo.
Instruiré por precepto, por discurso y en todas las otras formas, a mis hijos, a los hijos del que me enseñó a mí y a los discípulos unidos por juramento y estipulación, de acuerdo con la ley médica, y no a otras personas.
  Llevaré adelante ese régimen, el cual de acuerdo con mi poder y discernimiento será en beneficio de los enfermos y les apartará del perjuicio y el terror. A nadie daré una droga mortal aún cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin. 
De la misma manera, no daré a ninguna mujer supositorios destructores; mantendré mi vida y mi arte alejado de la culpa. No operaré a nadie por cálculos, dejando el camino a los que trabajan en esa práctica. A cualesquier casa que entre, iré por el beneficio de los enfermos, absteniéndome de todo error voluntario y corrupción, y de lascivia con las mujeres u hombres libres o esclavos. Guardaré silencio sobre todo aquello que en mi profesión, o fuera de ella, oiga o vea en la vida de los hombres que no deba ser público, manteniendo estas cosas de manera que no se pueda hablar de ellas. Ahora, si cumplo este juramento y no lo quebranto, que los frutos de la vida y el arte sean míos, que sea siempre honrado por todos los hombres y que lo contrario me ocurra si lo quebranto y soy perjuro.
Hago votos para que la pasión por la vocación vuelva a todos los profesionales, para que la entrega sea total por el ser humano, para que se priorice las vidas de las personas que deben ser atendidas, porque esos enfermos son únicos, importantes e irrepetibles para sus familias. Me siento honrada por médicos como el Dr Favaloro, Villazuela, Catoira, Corzo, o tantos otros anónimos que dio y dan su vida, tiempo y empeño por sus pacientes. 
 Para los médicos que cumplen con tan esforzada labor: 
Feliz día!!!

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