sábado, 15 de mayo de 2021

El 16 de Mayo de 1926, Ricardo Güiraldes lanzaba “Don Segundo Sombra

“…Simplemente un relato”: Así define Güiraldes Don Segundo Sombra, evitando su clasificación como novela. La obra se estructura en torno a las vicisitudes de un reserito que cuenta su historia en forma retrospectiva. Es un guachito, fruto de amores clandestinos entre Fabio Cáceres, patrón de estan­cia, y una puestera. El muchachito ignora este asunto, que nunca le han revelado unas tías que lo tienen a su cuidado. De vez en cuando recibe la visita de un hombre a quien él cree su padrino. Oprimido por la austeridad del hogar de las tías, empieza a callejear y a pensar en evadirse de esa tutela y de ese ambiente.
La casualidad lo pone en con­tacto con don Segundo, renombrado resero de la zona. Poco después se fuga de su casa y comienza, junto a él, la vida andariega que pondrá a prueba su coraje y su estoicismo de gaucho tradicional .
En torno a él desfilan los personajes típicos: las tías, Cáceres, reseros, domadores, peones, pulperos, chinas, etcétera, que completan el elenco a la manera de un coro teatral.


Fascinado por la fortaleza y la destreza de don Segundo, el chico lo sigue como dis­cípulo. Nada sucede, excepto los incidentes propios de esa vida de aspereza y de tra­bajo. Al final, muere su padre, don Fabio Cáceres, que lo deja heredero de su nombre y su fortuna. El guachito de quien no se sabía el nombre se convierte, de la noche a la mañana, en patrón de estancia. Ropas ciudadanas cubrirán su rudeza campesina y con ellas vendrá la asimilación de nuevos hábitos y la adquisición de otro lenguaje, junto con la introducción en el mundo de la cultura, de la mano de Raucho Galván, el hijo de su tutor.
Don Segundo lo acompaña algún tiempo, hasta que, al fin de tres años, se produce la separación del binomio; su instinto vagabundo lo hace partir de nuevo para satisfacer su “sed de camino”. Cuando se despiden lo hacen a lo gaucho: sin llantos ni palabras, ni siquiera un abrazo: únicamente el sólido y viril apretón de manos con que se sella una amistad hasta la muerte. A la manera del payador legendario, como una “sombra”, don Segundo se aleja por el camino -“más una idea que un hombre”-, mientras el reserito se vuelve para las casas, “como quien se desangra”.

Don Segundo Sombra es una novela rural argentina de Ricardo Güiraldes terminada de escribir en 1926 que, a diferencia del poema “Martín Fierro” de José Hernández, no reivindica socialmente al gaucho, sino que lo evoca como personaje legendario («sombra»), en un tono elegíaco.

 

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