En 1810, el 20 de mayo fue domingo. Ese día, con las noticias provenientes de Europa (que informaban sobre la derrota de las tropas españolas ante el ejército de Napoleón) y con la acción creciente de las milicias revolucionarias, se discute la convocatoria del Cabildo Abierto, que algunos historiadores atribuyen al propio virrey Cisneros en un intento por mantener su autoridad. En Memorias, el propio Cornelio Saavedra recuerda las palabras que dirigió al representante del rey de España en el Río de la Plata: “No señor, no queremos seguir la suerte de la España, ni ser dominados por los franceses, hemos resuelto reasumir nuestros derechos y conservarnos por nosotros mismos. El que a Vuestra Excelencia dio autoridad para mandarnos ya no existe; de consiguiente usted tampoco la tiene ya, así que no cuente con las fuerzas de mi mando para sostenerse en ella”.
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¡Viva el bajo pueblo!, de Gabriel Di Meglio. En este ensayo del historiador e investigador Gabriel Di Meglio, publicado en 2006, se intenta reconstruir ese acontecimiento histórico a partir de la acción de los sectores populares. Subtitulado La plebe urbana de Buenos Aires y la política entre la Revolución de Mayo y el Rosismo, Di Meglio rescata el papel activo del “bajo pueblo” en un episodio que se atribuye a las elites. Con la Revolución, cuenta el historiador, aparecieron en la ciudad festejos que, en opinión de las autoridades patrias, a veces se salían de control. “La historiografía tomó como un dato cierto las afirmaciones del relevante rol de la plebe urbana en el proceso independentista rioplatense, pero no se generaron nuevas producciones sobre ese punto”, escribía el autor en 2001. Su libro procura subsanar ese déficit.
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